Atravesaremos casi la isla entera de Luzón para llegar a la Península de Caramoan. Una zona de playas de ensueño rodeadas de un paisaje montañoso con una selva densa y en donde parece que el tiempo se haya detenido. Por el camino también seremos testigos de las distintas maravillas de la naturaleza que alberga esta isla tan poco explotada turísticamente, gracias a Dios.

Cuando planificamos el viaje, viendo las distancias que había de un sitio a otro, habíamos tirado por lo alto en tiempo de desplazamiento pero una vez allí comprobamos que nos habíamos quedado tremendamente cortos. Esto hacía que si queríamos verlo todo habría que recortar tiempo por otro lado y el único que quedaba disponible era el de dormir. Como estando de viaje para mí lo importante es disfrutar viendo y no durmiendo, no quedó más remedio que en la isla de Luzón hacer un poco de búho y conducir por las noches para ahorrarnos la tardanza al pasar por el medio de los pueblos.

Esta vez teníamos más de 900 kilómetros por delante para llegar hasta la parte sur de la isla de Luzón. Así que a la 1:00 de la mañana en cuanto mis ojos se abrieron un poco y me noté que estaba descansado levanté al resto del pasaje y nos metimos en el coche para empezar el largo día. Los críos se levantaron contentos porque íbamos a viajar de noche y eso les encanta, pero según tocaron el asiento se volvieron a quedar fritos.

Tardamos casi 4 horas en hacer escasos 140 kilómetros. La carretera estaba vacía y podía usar los dos carriles para nosotros, pero las curvas y las cuestas eran tan pronunciadas que era imposible pasar de 40 km/h, cuando no era a 20. Una vez pasados los montes del interior de Luzón, llegamos al pueblo de Baguio y lo que veían nuestros ojos en medio de la carretera era para no dar crédito. Había un puesto de peaje!!!!! Tenían las narices de hacer pagar por una carretera en la que la velocidad máxima era de 40 Km/h…..Ole sus cojon….!!!! No recuerdo cuanto fue, pero aunque hubiese sido un mísero peso ya me habría parecido excesivo. Sin dar crédito a lo que acabábamos de ver continuamos nuestro viaje en la creencia de que lo peor ya había pasado. Craso error.

El día que llegamos a Manila al ir del aeropuerto hacia el norte de la isla pensábamos que el gps se había liado y nos había metido por el medio de la ciudad, pero de liarse nada, resulta que en la capital de Filipinas con casi 2 millones de habitantes y el décimo área metropolitana más grande del mundo, con más de 20 millones, no existe circunvalación alguna. Hay sí o sí, que atravesar el mismísimo medio de esa enorme urbe para ir hacia cualquiera de los puntos cardinales de la isla. Y esta vez, al contrario que cuando llegamos a las 2:00 de la mañana, era hora punta. Las 9:00. Aquello parecía la exposición mundial de coches, motos, triciclos, yipnis, autobuses, y demás…. Tardamos casi 3 horas en atravesar la ciudad con un calor agobiante, continuos cambios de carril, mil ojos para no darnos ningún golpe e intentar coger la dirección adecuada, ….. Probablemente fueron los momentos más estresantes de mi carrera conductora por países asiáticos. Aún así los enanos se lo pasaron en grande con el caos y las rarezas que se veían por el medio de la ciudad. Su progenitor estuvo ligeramente más encabronado.

Aprovechando que pasábamos cerca del Lago Taal y lo ponían muy chulo, hicimos una pequeña desviación en nuestra ruta. Total por unas horas más….. 🙁 Llegamos a la ciudad de Tagaytay, otro caos enorme en el que nos pasamos una hora dando vueltas para conseguir salir de ella. Estaba siendo nuestro día!!!! Y menos mal que llevábamos gps… o no…..

Las vistas del lago con el volcán en su interior son increíbles. El lago está dentro de una caldera de 75 kilómetros de diámetro y dentro se encuentra el volcán Taal, en activo, en cuyo interior se halla otro lago y es famoso porque dentro del lago hay otra isla. Aunque parezca un juego de palabras, si se lee un par de veces es posible descifrarlo…. 😉 Era posible llegar hasta el mismo volcán después de atravesar el lago y una caminata de cerca de una hora. Por la carretera, desde la que hay unas vistas espectaculares, hay un montón de ganchos con sus papelitos con fotos del lugar para coger la excursión con ellos. Aunque no teníamos pensado hacerlo porque eso nos habría supuesto el tener que quedarnos a dormir allí, preguntamos por el precio. 2.000 PHP por el barco y la entrada hasta el volcán. Y como siempre, no hay como no querer algo para conseguir los precios más baratos. Llegaron a ofrecérnoslo por la mitad y si seguimos sacándonos un par de fotos más igual hasta nos hubieran dado dinero por ir. Paramos en un hotel que nos recordó un montón a cuando estuvimos en Santorini y sacamos unas fotos preciosas.

Antes de abandonar ese laberíntico pueblo pueblo hicimos una compra y sacamos 20.000 PHP. De camino, paramos a comer en las mesas que había en el exterior de un 7 eleven. Atravesamos decenas de pueblos que no decían nada y después de 19 horas desde que nos habíamos montado en el coche, llegábamos a Naga. Era ya de noche y había mucho ambiente. Buscamos alojamiento y después de preguntar en un par de hoteles, nos quedamos en el segundo porque las camas eran más grandes y tenía a/a. Grand Alcove Hotel. Pagamos 860 PHP por una habitación que podíamos usar 12 horas, sino eran 1.300. Pero como ya era tarde y a la mañana siguiente nos íbamos a ir de nuevo pronto nos salía más rentable de esa manera. Salimos a dar una paseo por el pueblo y había un mercado nocturno muy chulo en el que caímos en algunas compras. Los precios de los más baratos de todo el viaje. Se notaba que por allí extranjeros veían o pocos o ninguno. Cada puesto por el que pasábamos se giraban continuamente para mirarnos. Gente muy educada y muy amable. Compramos en la calle unos pintxos morunos y unas patatas fritas y como encontramos un supermercado aprovechamos a hacer una compra y cenamos en el hotel tranquilamente con el a/a y con unas buenas cervezas fresquitas.De guardaespaldas

A las 6:00 de la mañana sonaba el despertador. Habíamos dormido de maravilla. Bajamos todo al coche y nos íbamos a poner en marcha cuando vimos que había un piloto en el salpicadero que no se apagaba. Era el que decía que el coche estaba sobrecalentado (o eso creímos). Nos imaginamos que después del día anterior, el pobre estaría más seco que la mojama, así que vertí una botella de agua en el radiador y al de un rato el piloto por fin se apagó.

La ciudad de Naga era la puerta de entrada al Parque Nacional del Monte Isarog y aunque hacer la ascensión nos habría gustado, suponía dos días de viaje que no teníamos y que para los enanos podría ser muy duro. Pero aún así estaban las cascadas de Malabsay hasta las cuáles nos acercamos para hacer una pequeña excursión. El día amaneció oscuro y estuvo buena parte del camino lloviendo. Desde la iglesia del final del pueblo, había que seguir la carretera recta durante unos 20 minutos. Pasamos un montón de cicloturistas con bicis de montaña. Parecía que estaba de moda por la zona. Al llegar eran las 7:05 y la puerta de entrada estaba cerrada. Hasta las 8:00 no abrían la verja. Como no estábamos dispuestos a esperar una hora allí, por un pequeño resquicio saltamos y nos colamos. Era un camino corto a través de un bosque muy denso y húmedo. Bajamos unos 350 escalones y llegamos a la cascada. Estábamos completamente solos. Había una poza muy grande en la que poder bañarse y la caída de agua era considerable. Sacamos unas cuantas fotos y cuando estuvimos a punto de meternos en el agua se puso a llover de nuevo, lo que nos quitó las ganas.

Volvimos al coche y pusimos rumbo hacia la península de Caramoan, a la cuál llegamos sobre las 11:15 de la mañana. Unas 3 horas y media para 100 kilómetros.

B.F.F.F.