Viaje a Costa Rica
24/02/2017
El Parque Nacional de Tortuguero, Costa Rica
03/03/2017
Nuestro periplo en Costa Rica comenzaba. Era un destino un tanto desconocido para la totalidad de los integrantes del viaje. Poco conocíamos de él salvo el Parque Nacional de Tortuguero y que era un país lleno de volcanes. El resto lo iríamos descubriendo a lo largo de los días. Gracias a la facilidad del idioma pudimos conversar con muchos lugareños, de los que sacaríamos unas experiencias muy enriquecedoras.
Como había dicho anteriormente, este viaje lo realizábamos tres personas y amigos entre nosotros. Gorka y yo salíamos desde Bilbao y a Edu nos lo encontrábamos en Madrid. A las 6:00 de la mañana estaba de pie terminando de hacer la mochila y a las 7:00 íbamos hacia el aeropuerto a coger el primer vuelo con dirección Madrid. Facturamos directamente hasta San José y los asientos nos lo dieron separados. Nos dijo que iba lleno y la verdad es que al montarnos no entraba ni un alfiler. Una vez en Madrid y al ir hacia la puerta de embarque de nuestro siguiente vuelo nos encontramos con Edu. Ya estábamos todo reunidos en amor y compañía.
Esperando el vuelo de Costa Rica que llegaba en hora, parecía que iba a ir vacío, pero poco a poco fue llegando mucha gente y al igual que con el de Madrid, el de San José también estuvo lleno. Cada uno nos sentamos en un asiento diferente, pero hablamos con una azafata para ver si era posible ponernos juntos. Cuando ya estábamos en el aire se nos acercó uno por uno y nos recolocó en tres asientos libres que había al lado del baño. No eran los mejores sitios debido a que es zona de paso continua, pero por lo menos al poder hablar se nos haría el viaje más entretenido.
Montados en el avión
Hotel Best Western
El avión nos pareció bastante pequeño en cuanto a las dimensiones de los asientos. También es cierto que éramos tres personas de 1,90 pero aún así no era muy espacioso. Casi acabamos arrepintiéndonos de que nos hubieran colocado juntos, jejejeje. Tampoco tenía pantallas individuales de entretenimiento. Había unas cuantas centrales en las que pusieron 4 películas, una de ellas "La costilla de Adán", casi casi recién estrenada. Aún así Edu se tragó las 4 y Gorka y yo nos pasamos casi todo el viaje leyendo. La comida no estaba mal y como además habíamos estado mucho rato hablando con las azafatas y parecía que les habíamos caído bien, nos estuvieron surtiendo de sandwiches, frutos secos y bebida cada vez que les pedíamos.
San José
11 horas después, a las 15:15 hora local, aterrizábamos en el aeropuerto internacional Juan Santamaría. Estaba situado en Alajuela a unos 18 kilómetros de la ciudad de San José. Las maletas tardaron un buen rato en salir, lo cuál hizo que nos pusiéramos un poco nerviosos, pero finalmente las vimos aparecer. Fuimos a la oficina de cambio pero al ver que no salía muy rentable decidimos sacar dinero del cajero. 100.000 colones. También habíamos llevado dólares ya que habíamos leído que se utilizaba en mucho sitios sobre todo en el pacífico, mejor que la propia moneda local. El cambio estaba a 1€ = 760 colones, aunque ahora con la bajada del euro la cosa ha cambiado mucho y anda sobre los 595 colones por dólar.
Nada más poner un pie fuera de la terminal, ya nos abordaron para llevarnos hasta nuestro destino. Era de las pocas veces que llegaba a un destino de día, lo que hacía que las cosas se vieran de manera completamente diferente. Nos ofrecieron el transporte en taxi hasta el centro a 23 $ pero como ya teníamos el shuttle bus gratis, no nos preocupamos por negociar el precio. Estuvimos menos de 5 minutos esperando cuando vimos aparecer una furgoneta con el logotipo de nuestro hotel.
Al llegar, no sabemos si porque era semana santa y estaba todo vacío o porque de verdad la zona no era muy buena, pero la verdad es que el Bronx parecía Beverly Hills al lado de eso. Estaban todos los comercios vallados, las casas igual, pintadas por todos lados, casas destrozadas, ..... por lo menos el hotel estaba bastante bien. Nos había costado 50 € la habitación triple con desayuno incluído y el transfer desde el aeropuerto gratis, además tenía una pequeña piscina en la que nada más dejar las cosas en la habitación, fuimos raudos y veloces a disfrutarla después de las más de 20 horas que llevábamos levantados. También tuvieron el detalle de recibirnos con un vaso de limonada. Ninguna queja por nuestra parte. Además la habitación era bastante grande y estaba limpia que era lo que importaba.
El Teatro Nacional
Iglesia N.S. de la Merced
Museo de los niños
Las calles de la ciudad
Montañas que rodean San José
En esta zona del mundo anochecía muy pronto, por lo que para las 18:00 ya era de noche. Volvimos a la habitación a pegarnos una buena ducha y cambiarnos de ropa para bajar a cenar. Los horarios teníamos que cambiarlos, íbamos a tener que empezar a actuar como en el norte de Europa. Desayuno a las 6:00 de la mañana, comer a las 12:00 del mediodía y cenar a las 20:00 si conseguíamos estirarlo, ya que muchos sitios sino estarían cerrados.
Pedimos unas hamburguesas para cenar y como estábamos bastante sedientos y hacía mucho calor quisimos regarlas con un poco de cerveza. Pero esto último fue imposible. Nos explicó el chico que durante la Semana Santa está instaurada la ley seca y no se puede servir nada de alcohol en todo el país desde el jueves hasta el domingo. Con el paso de los días nos iríamos dando cuenta de lo fervorosamente religiosa que era la ciudadanía de ese país.
En el hotel estaban alojados un grupo de estudiantes de Alabama que estaban de viaje de estudios. Estuvimos charlando un rato con ellos hasta que se fueron a la cama. Como era pronto y no queríamos acostarnos todavía, decidimos salir a dar una vuelta y tomar algo por la ciudad, pero cuando estábamos en la puerta para salir, se nos acercó un hombre y en un castellano tejano, al estilo del ex-president, nos dijo que ni se nos ocurriese. Que esa zona no era muy recomendable para andar por la noche. Al llegar ya nos lo había parecido a nosotros, pero cuando eres nuevo en un lugar no sabes muy bien como son los sitios e igual parece de una manera cuando en realidad es de otra bien distinta.
Le hicimos caso, lógicamente, y lo que parecía que iba a ser el final del día, se convirtió en una amena tertulia con el hombre hasta bien entrada la noche. Nos sentamos en los sofás de la recepción y nos estuvo contando historias muy interesantes de su vida. Estaba jubilado y se había ido a vivir a Costa Rica. Había estado en el ejército y 2 veces en la guerra de Vietnam. Nos contó muchas batallitas de la guerra, que igual eran inventadas, pero a nosotros nos supuso un buen entretenimiento. Era un buen contador de historias. Y para bordar la velada, apareció un amigo de nuestro "amigo" el marine. Era mexicano y tenía un restaurante en la zona de Los Cabos en Baja California. Había estado 6 años viviendo en Alaska como un ermitaño y por supuesto sus historias fueron iguales o mejores que las de su colega.
A las 23:00 y ya completamente agotados de la paliza del viaje, nos despedimos de nuestros interlocutores no sin pena, ya que no tenía desperdicio todo lo que habíamos oído. Hubiera sido cierto o no.
B.F.F.F
