Con ganas de empezar esta aventura en un país del que tanto habíamos oído hablar y la mayoría de las veces en negativo, por fin llegaba el día. Iba a ser un viaje diferente ya que por primera vez no viajábamos mi mujer y yo solos o con los niños, sino que íbamos con un amigo. Pero sin duda fue algo que mereció la pena.

Nos levantamos muy temprano. A las 4:30 sonaba el despertador, ya que el primer vuelo con destino a Bruselas salía a las 6:50. La salida fue puntual, algo que agradecimos ya que sólo teníamos una hora de escala. Este primer vuelo fue con Brussels Airlines. Todo correcto, pero no se estiraron ni con unos simples cachuetes.

Ya en tierra, a paso ligero, es decir, corriendo como alma que lleva el diablo, nos dirigimos a la puerta B desde donde salía nuestro próximo vuelo y según los carteles del aeropuerto se tardaban unos 20 minutos en llegar. Además teníamos que pasar otra vez un control y estaba a rebosar de gente. En la fila nos quitamos todo lo posible e imaginable de pitar, pero aún así había algo en las mochilas que no les motivaba a los buenos chicos de seguridad 👿 Nos hicieron abrir las maletas y nos sacaron los líquidos que llevábamos dentro porque decían que superaban los 100 ml. Que al ver el de Usua lo pude entender, casi se llevaba el jabón de 2 litros de casa, 😉 pero yo llevaba un bote minúsculo de colonia y aún así decían que eso no lo podía llevar. Por no discutir, ya que íbamos a perder el avión, dejamos todo y salimos raudos y veloces hacia nuestra puerta de embarque. Lógicamente, el vuelo venía con retraso y todas las carreras y el agobio que habíamos pasado no habían servido para nada.

Mientras esperábamos, degustamos unos ricos sandwiches de tortilla y jamón que nos había preparado la ama de Edu y nos acercamos hasta el duty free a rociarnos con un poco de colonia para hacer el viaje más llevadero a los demás pasajeros, después de la maratón que habíamos hecho por el aeropuerto de Bruselas.

Este segundo vuelo era con Jet Airways. Comida muy rica pero un poco picante y una azafata con muy mala leche, que me dió tres leñazos con el carrito cada vez que estaba en el mejor de mis sueños.

Nueva Delhi

Como siempre, el primer alojamiento lo teníamos cogido desde casa. A las 22:30 aterrizábamos en Nueva Delhi y un señor portando un cartel con mi nombre nos estaba esperando para llevarnos en coche hasta el hotel.

Nada más salir de la terminal, nos golpeó de lleno la realidad del país. 31 grados y decenas de personas tiradas en el suelo durmiendo. Buen comienzo…. 🙁

El hotel lo teníamos en la zona de Paharganj, cerca de la estación de trenes y una de las zonas más genuinas de la ciudad, aunque también de las más degradadas. Cuando entramos y vimos donde estábamos, nos dimos cuenta de las maravillas que tiene internet y las que hace el photoshop. Tampoco esperábamos mucho por lo que habíamos pagado, pero…… Era el Hotel Vivek, y la habitación triple nos había salido por 750 Rupias más 500 por irnos a recoger. (Recordar que en nuestro viaje el cambio estaba a 1 € = 60 Rupias) Cuando entramos en la habitación, estuvimos a punto de bajar a donde el dueño y pedirle unas clases aceleradas de manejo del photoshop. Como estábamos muy cansados de todo el viaje y la zona no estaba muy concurrida por la noche, decidimos irnos a la cama. De día y con buen tiempo se verían las cosas de otra manera.

A las 7:00 sonaba el despertador y con cara de muy pocos amigos nos miramos entre los tres. Aunque la noche había sido bastante placentera por el cansancio, a media noche empezamos a notar como unos bichillos por el cuerpo. Al encender la luz vimos o creímos ver lo que eran chinches, ya que en la vida los habíamos visto salvo en foto. Nos pusimos la ropa y tapados hasta la cabeza y con el aire acondicionado a tope para no morirnos achicharrados, conseguimos pasar el resto de noche.

Recogimos todo y dejamos las mochilas en recepción hasta la noche. Le pagamos y le dimos las gracias por tener entretenimiento nocturno. Salimos al exterior y el sol golpeaba ya con fuerza. La zona que al llegar nos había parecido bastante cochambrosa, con el día seguía siendo igual de cochambrosa pero las ganas de disfrutar vencían a todo.

Fuimos en busca de un rickshaw que nos llevara durante todo el día a los sitios más importantes. Este viaje iba a estar muy condensado, por lo que en los desplazamientos teníamos que maximizar el tiempo. Con el primero que dimos nos pedía 1.250 R. y no se bajaba del burro, así que seguimos andando y con otro que se nos acercó conseguimos llegar a un acuerdo de 600 R. por todo el día.

Empezamos la visita por el Fuerte Rojo que fue la residencia principal de los emperadores de la dinastía Mughal durante casi 200 años. Es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2007. El precio de la entrada 500 Rupias. Horario de 9:30 a 16:30. De allí nos fuimos a la mezquita más grande de la India, Jama Masjid. La entrada era gratuita, pero por la cámara cobraban 200 R. lo cuál nos tocaba un poco la moral, así que les decimos que no tenemos, pero lógicamente no se fían y nos registran. A Edu se la pillaron y se fue a dejarla al rickshaw, pero al entrar le vemos que se la había metido dentro de la gorra. Nos pusimos unas túnicas para entrar y mientras disfrutábamos de su increíble patio capaz de albergar a más de 25.000 personas, apareció el guarda y nos pilló con las manos en la masa, digo en la cámara. Se puso hecho un basilisco y como no teníamos razón, sin decir ni mú, nos dimos la vuelta y nos largamos por donde habíamos entrado.

Seguido nos acercamos al Gandhi Smriti, el sitio donde Gandhi fue asesinado por el disparo de un fanático hindú. Fue la última residencia en la que vivió. Están marcados sus últimos pasos y el lugar en el jardín donde fue asesinado. Hay un pequeño museo con fotografías y objetos de su vida. Por cierto Mahatma, quiere decir alma grande, y se lo puso uno de sus seguidores. Esto no es mio, sale en la Lonely Planet, pero por si no la leéis no viene de mas ;-). La entrada es gratis y el horario de 10:00 a 17:00 menos los lunes que está cerrado.

Con un sol abrasador pegando de lo lindo, fuimos hasta la Puerta de la India. Situada en el medio de la ciudad, se trata de un monumento conmemorativo de 42 meros de altura en honor de los 70.000 soldados indios que perdieron la vida luchando por el ejército británico durante la Primera Guerra Mundial. El monumento lleva los nombres de más de 13.516 soldados británicos e indios muertos en la frontera noroccidental en la guerra afgana de 1919. Una llama eterna arde día y noche bajo el arco, para recordar a la nación a los soldados que dieron sus vidas en la guerra indo-pakistaní de diciembre de 1971. Al estar en la calle no hay ni que pagar entrada ni hay horarios para su visita.

Una de las visitas que teníamos ganas de hacer era la del Templo del Loto, pero al acercarnos y ver que había como 100 millones de personas esperando para entrar, decidimos posponerlo para nuestra siguiente estancia por estos lares.

Finalizamos nuestro tour por la city en Qutab Minar y la Tumba de Humayun. Qutab Minar, es una altísima torre de 73 metros de altura, construida en 1193. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1993. El precio de la entrada son 500 Rupias y el horario desde las 7:00 a las 17:00. Tumba de Humayun, situada dentro de un recinto amurallado, fue construída por su viuda en 1565, 9 años después de su muerte. Es la primera que puede considerarse como una tumba-jardín. Por eso está considerada como la precursora en estilo del Taj Mahal. Fue incluida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1993. Precio de entrada 500 Rupias. Horario desde la salida hasta la puesta del sol.

Cansados ya de tantas visitas, aunque todas espectaculares, nos dirigimos de vuelta al hotel. En la azotea, tenían una fantástica terraza en donde degustamos los primeros platos de la India. Algo raro que nos puso el dueño, unos spaguettis, cordero a la barbacoa, 2 refrescos, 1 kingfisher y tres trozos de un pastel riquísimo por la irrisoria cifra de 765 R. Aunque la habitación dejaba un poco que desear, la comida nos supo a gloria.

Estábamos relajados en la azotea con la tranquilidad que se respiraba, cuando nos dimos cuenta de algo muy importante. Nuestro tren a Jaisalmer salía en menos de 30 minutos y no sabíamos a la distancia que estábamos de la estación. A toda leche cogimos las mochilas y cogimos el primer rickshaw que pasaba. 60 R. sin regatear hasta el tren, pero al decirle que llegábamos tarde, cogió otro camino y estilo Ayrton Senna fue esquivando el denso tráfico a velocidad de vértigo. Al llegar le dimos las gracias y 40 R. más por el detalle. Corriendo hacia el andén vimos que nuestro tren estaba en marcha y gente subiendo. Chillamos para que nos esperase, pero era como gritar en el desierto. Creyendo que lo perdíamos, vemos como poco a poco va disminuyendo la velocidad hasta pararse por completo. Estaba llegando a la estación, no yéndose. Con la cara más roja que un tomate intentamos disimular de la mejor manera posible el ridículo que acabábamos de hacer. Total sólo había como 100.000 personas por la estación…..

El tren……. !!!!ESPECTCULAR!!!! Cuando estuvimos en Malasia, montamos en tren nocturno con literas y flipamos, pero vamos, aquello era el Orient Express comparado con esto. Nos sentamos en nuestros sitios y todo estaba en orden. Pero según iban pasando las estaciones entraba gente, y gente, y mas gente, y nosotros alucinando porque se estaban sentando no solo en nuestros sitios sino que también estaban subiéndose en el techo de los vagones. Un Indio que estaba sentado a nuestro lado y que hablaba inglés, al vernos las caras de alucinados nos dijo que eso era normal. Que la gente volvía a sus casas de trabajar y que hasta un par de horas estaría todo a rebosar pero que poco a poco se iría librando y podríamos utilizar nuestros asientos-cama. El tren lo cogimos a las 17:40, y dicho y hecho, sobre las 20:00 se quedó prácticamente vacío y nos tumbamos en nuestras literas. El revisor fue un tanto detallista y no pasó hasta las 20:30 cuando ya no quedaba nadie. Las literas eran de 3 pisos, yo abajo, Usu en medio y Edu arriba. Teníamos 20 horas por delante para recorrer 800 kilómetros hasta Jaisalmer en pleno desierto del Thar.

B.F.F.F.