Bangkok

Bangkok es la ciudad más poblada de Tailandia y la capital de ésta. Bangkok es conocida en tailandés como «Krung Thep Mahanakhon», que significa «la ciudad de los ángeles». Como capital política, económica, cultural, gastronómica, y espiritual de Tailandia, Bangkok cuenta con el encanto del viejo mundo y la comodidad moderna, a veces servidos de una manera aparentemente caótica, pero siempre con una sonrisa amable. Fue fundada en 1782 por el rey Rama I, el primer rey de la actual dinastía Chakri. Desde esa fecha, Bangkok ha crecido hacia una ciudad cosmopolita del siglo XXI con más de diez millones de habitantes. Mientras que la inmensidad de la ciudad y sus calles llenas de vida pueden ser intimidantes al principio, aquellos que pasan algún tiempo en Bangkok se quedan rápidamente enamorados por la gran variedad de atracciones que contiene, desde templos exóticos, que subrayan fuerte historia budista de Tailandia, a los modernos centros comerciales. Lo más destacado para ver sería: – Gran Palacio Real: Es un complejo enorme de templos, situado a orillas del río Chao Phraya. La entrada cuesta 500 THB, es carillo, pero merece la pena sin duda. El horario es de 8:30 a 3:30, merece la pena ir a primera hora para saltarse las hordas de turistas en viajes organizados que vienen sobre las 10:00. Su construcción comenzó en 1782 durante el reinado del Rey Rama I y sirvió como residencia real hasta 1925, ahora sólo se usa para actos conmemorativos. Está dividido en tres zonas principales, el patio exterior, que es donde están las oficinas reales, los edificios públicos y el maravilloso templo del Buda Esmeralda, el patio medio, donde se sitúan los edificios estatales y residenciales y por último, el patio interior, que está reservado exclusivamente para el rey, la reina y sus consortes. – Wat Phra Kaew: Este es el mayor atractivo del interior del Grand Palace, también conocido como el Templo del Buda Esmeralda. Posee la más sagrada escultura budista, un Buda de jade de unos 75 centímetros de altura, situado en medio de esculturas, pinturas y adornos de oro. – Wat Pho: Situado al lado del Grand Palace. Es un templo que fue construido en el siglo XVI. Posee la colección de imágenes de Buda más numerosas de Tailandia. Además de un gigantesco Buda reclinado de 46 metros de largo y 15 de altura. Contruido en 1832, los ojos y los pies tienen incrustaciones de madreperlas. Impresiona bastante su tamaño. La entrada cuesta 100 THB y te dan un botellín de agua. Abre de 8:30 a 18:00. – Wat Arun: Para nosotros uno de los templos más bonitos de Tailandia. También llamado Templo del Amanecer. Está al otro lado del río, casi enfrente del Wat Pho y para llegar hay que coger un barco en Tha Thien por 15 THB. La entrada cuesta 50 THB y el horario es de 8:30 a 17:30. Posee una torre de estilo Khmer, como los templos camboyanos, de 82 metros de altura y otras cuatro más pequeñas alrededor. Están ornamentadas con azulejos multicolores de porcelana china. Fue construido en el siglo XIX. Desde la parte de arriba hay unas vistas muy chulas de la ciudad. – Wat Saket: Situado en lo alto de una montaña, conocida como la montaña de oro. La entrada a la montaña cuesta 10THB, el templo es gratuito. Es una colina artificial con un montón de vegetación. En lo alto del todo hay una chedi. Fue construida por Rama III, pero por el peso se derrumbó y fue Rama IV el que la terminó. Hay que subir más de 300 escaleras, lo cuál es un poco duro, pero merece la pena. Hay unas vistas espectaculares de toda la ciudad. Además está cerca de Kao Shan Road, lo que lo hace perfecto para una escapada y huir de tanto asfalto y ajetreo de tráfico y gente.  Hay un montón de lugares más como el Wat Traimit con su buda de oro, el Sri Marianmman, un pequeño templo hindú, también está el parque Lumphini, con un montón de zonas arboladas, jardines y lagos, el mercado de fin de semana de Chatuchak, el más grande del país en el que se puede encontrar todo lo que uno se pueda imaginar, …… Vamos que para disfrutar de Bangkok en todo su esplendor se pueden estar días y días y días. Claro está, sin contar sus museos de los que nosotros no somos muy amigos de entrar.