Llegó el día de nuestro Viaje a Egipto. Aprovechando que acompañamos a unos de nuestros viajeros en las visitas, esta vez más técnicas que en otras ocasiones, por El Cairo y Luxor, nos venimos unos días antes a El Cairo para hacer varias gestiones, disfrutar de la ciudad, pasear, comer, cenar, visitar con calma algunos sitios emblemáticos y hacer alguna que otra foto con pretensión artística en el Museo Egipcio.

Este mediodía hemos salido de Madrid para El Cairo. El vuelo, que iba medio lleno, se ha retrasado lo mínimo imprescindible, llegando a Egipto a las 8:45. Más turbulencias de las deseadas y Blade Runner 2049 de acompañamiento que elijo porque todavía no la había visto (y tampoco es que me hubiese perdido nada si no la llego a ver). A la llegada, al aeropuerto de El Cairo, con cien mil personas alrededor, hemos aprovechado para cambiar dinero, por comodidad y porque suele estar mejor el cambio en los bancos del aeropuerto, y para comprar el visado en el mismo banco en el que hacemos el cambio de euros a libras egipcias. Ahora mismo el euro está a 21,71 libras y el visado nos ha costado 20 Euros. Y no, no cambiamos todos los euros que traemos; guardamos euros por si los necesitamos, porque igual no gastamos todo lo que pensábamos y así no nos volvemos con un montón de libras a casa o perdemos más dinero por hacer de nuevo cambio de libras a euros (lo que se puede hacer sin ningún problema con el justificante de uno de los cambios anteriores que hayamos hecho), porque vayamos a comprar el Cairo Pass y/o el Luxor Pass, etc. Como siempre, hemos hecho el cambio en el ALEXBANK y, como siempre, han sido muy amables. De momento con cambiar 200 euros, más 300 libras que traíamos porque nos habían sobrado de viajes anteriores, tenemos de sobra…o eso espero ;P

Una hora para pasar el control, “waiting behind the line”, o intentándolo, y con nuestros “documents ready” para salir corriendo a por las maletas, que para cuando lleguemos estarán dando vueltas en la cinta cual morciguillo ante una farola, o en el suelo en los alrededores de la cinta. Efectivamente, llegamos y ahí seguía dando vueltas la maleta. Otros 20 minutos para salir del aeropuerto haciendo cola para pasar por última vez la maleta por la última cinta después de enseñar dos veces más el pasaporte y, por fin, podemos fumarnos un cigarro…quiero decir que, por fin salimos a la calle jijiji. Ya en el control de pasaportes me encuentro con dos amigos y otra persona conocida con los que charlo un rato…seguro que en Madrid me costaba más encontrármelos. Y a la salida me está esperando un amigo y dueño de una de las agencias con las que trabajamos en Egipto. Mucha alegría volverle a ver.

No tardamos nada en llegar al hotel. Por el camino el tráfico está hoy bastante tranquilo y va fluido. Por supuesto, nos cruzamos con una boda y llegamos a la Plaza Tahrir. Esta vez, los primeros 4 días me alojo en el Hotel Steigenberger Tahrir que lo conocíamos, lo habíamos visto, viajeros nuestros estaban muy contentos con él, pero yo nunca había dormido aquí y quería probarlo al completo. Y todo hay que decirlo, me ha sorprendido gratamente. La primera impresión de entrar, muy buena. El personal, muy agradable. Los baños, muy buena pinta y limpios, lo de abajo generales. El check-in super rápido. Se puede fumar en el lobby y no huele a tabaco. La habitación amplia, sin pasarse, pero lo suficiente. El baño muy agradable y cómodo, aunque no sea excesivamente grande. Las vistas…al Museo Egipcio y Nile Ritz-Carlton 😀 , o sea, la localización del hotel, para andar por el downtown, Zamalek y hacer visitas por la ciudad, magnífica. ¿Ruido?, sí; el tráfico no perdona.

Nos dan las 11 de la noche. Ya tengo tarjeta Vodafone egipcia. Traigo dos móviles libres. Cambio la tarjeta de mi móvil al otro y en el mío que uso habitualmente pongo la egipcia. Todo funciona correctamente. El wi-fi del hotel va de lujo, tanto abajo en el lobby, como en la habitación. Las 11:30; cansada. Pero me proponen ir a tomar algo. ¡¡Por supuesto!!. Nos vamos hasta la Plaza Tahrir y nos fumamos una shisha mientras cae la primera Mirinda de naranja. Entra hambre. ¿Y si nos acercamos al libanés?. Allá que nos vamos para el Taboula, que me encanta. Cenamos de lujo una ensalada de la casa con la que comerían 5 personas, Shish Tawook con una salsa picante y patatas fritas rico rico y Fetah con ternera, todo ello regado con una Sakkara. No nos entraba ya el postre, pero para un buen Turkish coffee, el primero del viaje, siempre hay hueco.

Cogemos taxi y regresamos a la Plaza Tahrir. Intento hacer una foto panorámica que no sale y que intentaré repetir mañana, y ya de nuevo en el hotel. Al final nos han dado las 2 y pico de la madrugada. Buen ambiente en la calle. El paquete de Marlboro a 35 LE, lo he cogido en un kiosko aquí al lado. Conecto el portátil, me fumo el último cigarro del día y me pongo a escribir estas líneas. Sólo unas horas aquí y, como siempre, me da la sensación de haber estado toda la vida; me resulta muy fácil y rápido acostumbrarme a esta ciudad.

Hoy las fotos no son ninguna maravilla. Hechas con el móvil y de pasada. Mañana (o sea, dentro de unas horitas) prometo mejorar. Toca Museo Egipcio e igual me acerco hasta el Museo de la Civilización Egipcia, que todavía no lo conozco. Pasear un rato por Zamalek y luego ya veremos, sobre la marcha; las gestiones que tenemos que hacer no nos tocan hasta pasado mañana.

Intentare escribir todos los días aunque sea un poco para contaros lo que voy haciendo y espero que os guste esta nueva aventura de Viajes Ikertanoa.

Teresa Soria