Viaje a la India y las islas Andamán

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Viaje a la India y las islas Andamán

Para la Semana Santa del 2015, no teníamos planeada ninguna escapada, ya que en verano venía el «superviaje» de 50 días a Tailandia, Malasia e Indonesia. Pero como el 2 de abril, se cumplía exactamente el décimo aniversario de nuestra boda y este año caía en Semana Santa, me puse a trastear por internet a ver si encontraba algún chollo. Y mirando mirando, encontré 4 billetes a Nueva Delhi desde Bilbao y vuelta por Bombay, por algo menos de 500 € cada uno, que no se podían dejar escapar.

Como 5 años antes habíamos visitado el norte de la India y Goa, sabía de la dureza que suponía este viaje, tanto mental como físico, así que intenté combinarlo con bastante playa.

No hacía mucho, en un reportaje en la televisión, había oído hablar de las maravillas de las islas Andamán, tristemente célebres en su día porque fueron devastadas por el tsunami del 2004. Situadas en el Golfo de Bengala, aunque están a sólo 150 kilómetros de Myanmar, pertenecen a la India. Así que se me ocurrió que podía ser una buena combinación, el ajetreo de la India continental del norte, con el relax de unas islas que recibían escasos visitantes a lo largo del año. Me puse a buscar vuelos y por 500 €, con una compañía low cost India, Spice Jet, conseguí 4 billetes de Calcuta a Port Blair (en la isla principal) y de Port Blair a Chennai.

Con los billetes en la mano, ahora faltaba planificar un poco que hacer en el medio del viaje, y sobre todo estar callado como una tumba para que nadie se enterase de la sorpresa. Solo que había un pequeño problema, y es que estos viajes, requieren al menos de tres semanas para no tener que ir a la carrera, y la Semana Santa sólo son dos, así que había que buscar la tercera de alguna manera. La única solución pedir una semana de excedencia sin cobrar. Así que compinchado con una amiga, me enteré de si eso era posible y viendo que no había problema, seguí con el plan adelante. Aunque acercándose la fecha, me dijeron que era el titular de la plaza el que tenía que mandar de su puño y letra y firmada la solicitud, así que no me quedó más remedio que contarle a Usua esa pequeña sorpresa. Le hizo una ilusión tremenda y al final no vino mal decírselo 😉

Plan de viaje

Había una cosa que no debía faltar en un viaje a la India, y eso era ver una de las 7 nuevas maravillas del mundo, es decir, el Taj Mahal. Sabíamos que aunque nosotros ya lo habíamos visto, a los críos les encantaría ver ese precioso monumento hecho de mármol. Aunque más adelante lo contaré en detalle, nos equivocaríamos en la forma de visitarlo. La segunda parada, sería Benarés o Varanassi, una ciudad sagrada para el Hinduismo, a la que acuden los peregrinos para lavar sus pecados en el río Ganges (que deben de tener bastantes, por el color de sus aguas) o para incinerar a sus seres queridos. Debido a esto último, decidimos que sería una ciudad de paso para ver un poco el modo de vida, pero sin deleitarnos en exceso por la temprana edad de Iker y Noa, ya que creemos que hay cosas que es mejor que las vean un poco más mayores.

De allí nos iríamos hasta Calcuta, a ver la segunda ciudad más grande de la India y punto de embarque para nuestro siguiente destino, las maravillosas, idílicas y prácticamente solitarias Islas Andamán. Aunque no fue todo tan fácil como parece, ya que debido a una serie de acontecimientos a punto estuvimos de abortar el viaje, o por lo menos de no haber podido irnos a las islas.

Después de unos días de playa y relax, cogeríamos otro vuelo hasta Chennai, que nos serviría de escala para llegar hasta Goa, otro destino de playa, pero con una gran arquitectura colonial de la época en la que fue colonia Portuguesa. Y ya por último y para terminar este movido viaje, iríamos a Bombay, la capital económica del país y nuestro último destino antes de la vuelta hacia nuestras tierras. Para esta ruta disponíamos de 23 días.

 

Para entrar en la India hay que disponer de visado. Cuando estuvimos nosotros sólo estaba la posibilidad de sacarlo en la empresa Arke BLS Center, situada a dos minutos de la embajada de la India en Madrid. Ahora si se va a estar sólo un mes o menos, también es posible sacarlo a través de internet, entre 30 y 7 días antes del viaje. El primero cuesta casi 65 €, y tiene una validez de 6 meses desde que se expide, osea que hay que intentar sacárselo lo más cerca posible de la llegada al país si nos queremos quedar unos cuantos meses por allí. Y el segundo, cuesta 47 €, pero sólo es válido para un mes. Esta validez, empieza a contar una vez pongas los pies en la India. Si no se vive en Madrid o Barcelona, y no se tiene a ningún familiar o amigo por la zona, hay un par de páginas que se encargan de realizar los trámites, previo pago por supuesto: https://indianvisaonline.gov.in/visa/tvoa.html ó http://www.indiavisados.com/index2.php?lang=2&pag=inicio. La broma a nosotros nos salió por la nada despreciable cifra de 260 €, sólo por entrar al país, sin derecho a consumición ni nada por el estilo 😉

Para acceder a las Islas Andamán, hace falta un permiso que es gratuito y se obtiene al llegar a Port Blair. Rellenas unos papeles y luego tienes que enseñarlos en prácticamente todos los sitios a los que vas. Para el alojamiento, para comprar billetes de barco, para ir al baño….., esto último es broma, no vaya a ser que alguno que vaya lo haga. Pero si que es necesario sacar algunas copias del permiso, porque por ejemplo para los billetes de barco se quedan con una, aunque como los lugareños lo saben, siempre hay una fotocopiadora cerca de donde se vaya a necesitar.

Los trayectos por el norte, los hicimos en tren y las islas en avión. Los trenes son los que se ven en las películas o documentales. Son tal cuál. Están viejos, huelen mal y hay cucarachas por la noche. Lo bueno que tienen, es que hay mucha frecuencia y recorren prácticamente todo el país. Además al haber trenes nocturnos, te permiten llegar a tu destino «descansado», sin gastar noche de hotel y habiendo avanzado muchos kilómetros. Aunque no los haya puesto muy bien, a mi me parecen toda una experiencia que hay que vivir. Además te permite compartir con los lugareños muchos instantes, palabras y gestos, que de otra manera no sería posible. Con Iker y Noa, en ningún momento dudamos que íbamos a hacerlo así. Lo único diferente que hicimos de la primera vez que estuvimos, fue llevar una sábana para poner en la litera donde se iban a acostar los críos. Y como no, ellos estuvieron encantados de dormir de esa manera. Pero lo mejor de todo fueron las motos que alquilamos en las islas y en Goa. Viendo en todos nuestros viajes por Asia que siempre iba la familia entera encima de una scooter, decidimos que ya era hora de probar, y fue sin duda una de las mejores experiencias del viaje.

 

En cuanto a la seguridad, en ninguna de las dos veces que hemos estado, nos ha parecido nada inseguro. Lógicamente no nos hemos acercado a las zona de Cachemira, frontera de Pakistán y demás, porque ahí ya sabes que te la juegas. Es cierto, que ha habido atentados los últimos años en Nueva Delhi, Bombay, Goa, ….., pero eso es algo que sobre todo hoy en día te puede pasar en el bar de al lado de tu casa. Lo que sí que vimos que no nos gustó nada, es la cantidad de gente borracha que hay por la zona de Goa. Luego nos enteramos que de unos años para aquí, la han promocionado interiormente y se ha convertido en la zona de fiesta de desfase de los indios. La pena es que no nos enteramos antes de ir. 5 años atrás había estado con un amigo y nos pareció un auténtico paraíso.

Para los alojamientos y comida, hay de todos los precios y calidades que queramos. Pero por 30 € como mucho, se pueden encontrar unos sitios maravillosos. Y la comida, siempre que no se vaya a restaurantes occidentales, es muy pero que muy barata.

 

Y por último, respecto a la sanidad, nosotros en las dos veces que hemos estado no hemos tenido ningún problema salvo por el estómago, esta última vez. Eso sí, están diagnosticadas todas las enfermedades habidas y por haber. No hay ninguna vacuna obligatoria, pero lo mejor para eso, como siempre, es pasarse por el centro de vacunación de la ciudad en la que vivimos para que nos aconsejen de la mejor manera posible. Nosotros no nos vacunamos de nada ni a los niños tampoco. Lo que si es altamente recomendable, es ir con un seguro médico que te cubra todos los posibles percances, ya que sobre todo en la zona del Himalaya, los rescates son muy caros y no los cubre el Gobierno español.

Resumiendo, será un viaje duro, por el trote del principio y por las miserias que veremos. Las islas Andamán nos harán ver que el paraíso también está en la tierra. Disfrutaremos de paisajes y monumentos que no creo que se borren nunca de nuestra memoria. Y sobre todo, viviremos una experiencia familiar en un destino no acostumbrado a ver niños de tan corta edad, lo que hará que nos consigamos integrar mucho más entre los habitante de ese maravilloso país.

 

B.F.F.F.

Viajes Ikertanoa
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