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¡0h dios que vives en Maat ante los ojos de la gente, eres tú quien hizo cuando no había nadie que hubiera hecho nada de esto, fue de tu boca de donde emanó!. Que me des un favor en la presencia del rey todos los días sin cesar, y un buen funeral después de la vejez en la región montañosa de Akhetaton. He cumplido una vida en felicidad, siguiendo al Buen Dios por donde quiera que fuese, siendo amado cuando yo era su ayudante. Desde que era joven hasta que llegué al estado de veneración en paz, él me perfeccionó. ¡Qué gozoso es aquel que sigue al gobernante: está de fiesta todos los días!
Fragmento de himno al sol naciente, Tumba de Ahmes, Amarna
LA TUMBA DE AHMES EN AMARNA
Una guía completa de la Tumba de Ahmes en Amarna con el objetivo de que la uses en tus viajes a Egipto. Te ofrecemos asesoramiento técnico, cultural y legal en tus viajes a Amarna para visitar con seguridad y tranquilidad las tumbas norte de este enclave arqueológico.
LA TUMBA DE AHMES EN AMARNA
DESCRIPCIÓN COMPLETA DE LA TUMBA DE AHMES
TÍTULOS Y EPÍTETOS DE AHMES
A. TÍTULOS
- Fiel escriba del rey.
- Portador del abanico a la mano derecha del rey.
- Supervisor del tribunal de justicia.
- Mayordomo en la Casa de Akhenaton.
- Canciller real.
- Compañero único y primero de los compañeros.
- Seguidor de los pies del Señor de las Dos Tierras.
B. EPÍTETOS
- Favorito del buen dios.
- El que se ha acercado a la persona del dios.
- Jefe de jefes.
- Sabio¿? en las Dos Tierras.
ARQUITECTURA Y DATACIÓN DE LA TUMBA DE AHMES
La tumba de Ahmes se encuentra dentro del segundo grupo de las tumbas de la zona norte de Amarna, en el lado sureste de la planicie del desierto, en la colina que alcanza unos 85 metros de altura y a poca distancia, al oeste, de la tumba de Meryra (I).
Junto con la tumba de Penthu, la de Ahmes es una de las más simples en cuanto a diseño arquitectónico de las que se pueden hallar en Amarna. Su planta es la característica de las tumbas tebanas de la Dinastía XVIII, en forma de T invertida, careciendo de columnas en la sala más amplia, a diferencia de otras de este mismo grupo. Un patio abierto con la fachada decorada da paso a una primera sala por la que se accede mediante un corto corredor a la sala transversal, en donde se encuentra el pozo que conduce a la cámara funeraria, para terminar en una capilla con la estatua del difunto.
Gracias a los cartuchos con el nombre del Aton que hallamos en la fachada sabemos que la tumba puede datarse dentro de los primeros años de reinado de Akhenaton, antes del año 9 del mismo, dado que en ellos se utiliza la primera nomenclatura para designarlo.
DECORACIÓN DE LA TUMBA DE AHMES
En la tumba se han contabilizado al menos cincuenta y nueve graffiti, la mayoría de ellos de Época Ptolemaica, en los que estos visitantes dejaron sus nombres. Ya que la mayoría proceden de Tracia puede pensarse que se trata de soldados mercenarios.
A. FACHADA
De la fachada queda poco hoy día para contemplar. Por una parte, el dintel al que más arriba nos hemos referido. En él se representa al difunto en ambos extremos, rodeado de una plegaria, con sus títulos, y adorando los cartuchos con el nombre del Aton. Las jambas están bastante deterioradas debido a los cortes que sufrió con motivo de la apertura de un hueco que permitiese la entrada de luz para los que habitaron en ella, así como el desprendimiento de gran parte de la jamba izquierda.
B. ENTRADA A LA SALA EXTERIOR
En la entrada nos encontramos con representaciones de Ahmes en actitud de adoración en ambas jambas. Ahmes lleva un largo vestido plisado al estilo de la época, recogido bajo el vientre, y sandalias. Alrededor de su cuello todavía puede apreciarse un collar de cuentas de oro de doble hilada. A su espalda carga con dos objetos símbolo de su oficio, cuales son: un abanico, correspondiéndose con su cargo de portador del abanico a la mano derecha del rey, y un hacha invertida, hacha militar que podría también hacer referencia a las funciones en el ejercicio de alguno de sus cargos.
Frente a él, varias hileras de jeroglíficos contienen dos versiones abreviadas del Himno al Aton: la jamba izquierda, con un himno al Aton naciente, elevándose en el horizonte, mientras que en la jamba derecha se recoge un himno al Aton que se pone en el horizonte.
Tenemos la suerte de encontrar al menos parte de la policromía original en la parte superior de la jamba izquierda: las inscripciones jeroglíficas conservan unos magníficos colores, de los cuales quedan apenas meros indicios en el resto de la superficie de ambas jambas. La causa fundamental de este deterioro es el corte que se realizó en las inscripciones en el año 1893 para proceder a la venta de los fragmentos así conseguidos.
C. SALA EXTERIOR
La decoración de esta sala también se encuentra muy deteriorada. El mayor problema al que ha debido enfrentarse ha sido la mala calidad de la roca, lo que originó que los artesanos utilizasen para llevar a cabo la decoración. La roca era cubierta con una fina capa de yeso para su allanamiento. Sobre ella, se dibujaban los trazos de las figuras y jeroglíficos que posteriormente servían a los escultores como guía para su tallado. En el caso de la Tumba de Ahmes, las líneas esquemáticas orientativas para los escultores se pintaron en rojo y de ello quedan buenas muestras como más abajo veremos. Por otra parte, como hemos mencionado anteriormente, esta tumba también fue utilizada como vivienda en una época posterior, con lo que no sólo se vio la fachada dañada, sino también el muro occidental en el que se practicaron dos nichos, hoy día tapados.
La sala resulta bastante estrecha dispuesta a modo de corredor, sin constituir una sala principal, terminando en una puerta con su cornisa al estilo de la típica gola egipcia, que da acceso a las salas interiores: sala transversal y capilla.
Realmente es necesario hacer un verdadero esfuerzo para poder seguir las escenas del muro norte y prácticamente nada puede apreciarse en la pared orienta, en la que sólo sobreviven los trazos originales de pintura roja, así como las figuras del rey, la reina y tres princesas bajo el Aton. Al menos en los caballos que conducen el carro de la familia real, parece haberse utilizado el color amarillo originariamente para los trazos de guía y, posteriormente, haber sido corregidos con pintura de color rojo.
C1. El Muro Norte
Son dos las escenas que se registran en esta pared: primera, la visita de la familia real al Gran Templo del Aton, y segunda, la Casa del Rey en la Ciudad Central, con el rey y la reina.
C.1.1. Registro Superior. Visita de la familia real al Gran Templo del Aton.
Como hemos visto y seguiremos viendo, el tema nos resulta familiar y así, aunque los protagonistas sean distintos, la misma escena de visita al Templo está representada en la tumba de Huya y en la tumba de Penthu. La escena, que ocupa toda la parte superior de la pared norte narra la visita de la familia real al Gran Templo, comenzando la acción en el extremo derecho del muro. A pesar de ser así, esto es, aunque la acción comience con la llegada de la familia real al Gran Templo, es precisamente esta parte de la escena la que se encuentra inacabada incluso en su boceto original. Como hemos mencionado más arriba, tenemos aquí el boceto hecho con pintura roja, quizá corrigiendo unos trazos preliminares realizados en color amarillo, y sin finalizar que muestran al rey y la reina montados en un carro del que tiran dos caballos tocados con las plumas que corresponden a los equinos de la realeza.
De la disposición de los cuerpos del monarca y su esposa, especialmente del hombro de ésta y de algunas pequeñas líneas que forman parte de su tocado que podemos apreciar sobre las bridas, puede concluirse, al igual que hizo Davies, que la pareja tienen sus rostros uno frente al otro. En la parte superior central de la composición todavía queda, junto a las plumas que tocan a los caballos, un pequeño cartucho que podría contener el nombre de la reina. A la derecha del cartucho, dos estrechas y finas líneas paralelas corren en diagonal hacia las bridas; estas líneas parten de un punto situado sobre las cabezas de los monarcas. Aún si careciésemos de los dibujos de Davies, gran ayuda por otra parte, y conociendo la iconografía y estilo empleado en este período, no cabe duda de que esas líneas se corresponden con uno de los rayos del Aton que debería acabar en una mano. El Aton se encontraría sobre la pareja real desplegando sus rayos principalmente sobre ellos y ofreciendo a sus rostros el ankh.
Otro de los elementos de la composición es la persona de Meritaton, una de las hijas de Akhenaton y Nefertiti. Realmente esta sí que es una figura que hoy día no se aprecia; incluso en el momento en que fue dibujado por Davies, tan sólo quedaban poco más de cuatro líneas indicando lo que podía ser su cabeza sobresaliendo por encima de la cubierta lateral del carro, justo bajo las manos de Akhenaton cogiendo las bridas. La composición está muy deteriorada, pero todavía hoy pueden verse la mayor parte de sus elementos. Continuando con la escena, el carro del rey y su esposa son escoltados por cuatro columnas de soldados a pie, diez por cada columna, que les preceden y cuyo paso es marcado por dos personajes a ritmo de trompeta, uno por cada grupo de dos columnas. El último hombre de cada columna porta una espada y un bastón. El personaje que hace el número 11 en la primera hilera, es el que marca el ritmo con la trompeta, mientras que los números 11 de las tres restantes son oficiales y no soldados, lo que queda demostrado por el bastón de mando que portan. Representados en cuatro registros, precisamente para mostrar su división en cuatro columnas, estos soldados constituyen un bello ejemplo de lo que es el arte de este período: una técnica muy cuidada y con gran detalle en su ejecución.
Los soldados, que están divididos en dos grupos, son representados corriendo y con sus espaldas dobladas. Cada grupo se encuentra liderado por seis soldados egipcios entre los que se distinguen perfectamente los porta-estandartes y un porta-abanico. Cada estandarte lleva el símbolo del regimiento al que pertenecen. Tras ellos, los soldados extranjeros: Sirios, mostrados con sus puntiagudas barbas y lanzas, un arquero libio - primer registro, noveno hombre con una pluma en su cabeza - y negros nubios, fácilmente reconocibles por su pelo rizado recogido en una especie de moño y con pendientes de aros de oro en sus orejas. Los nubios de Kush (sur de Nubia), portan una simple lanza corta, mientras que lo de Uauat (norte de Nubia) portan arcos y bastones.
A continuación vemos cómo la comitiva llega al Gran Templo del Aton. Guardias y oficiales les reciben ante el primer pilono, unos con ganado para las ofrendas y otros con viandas. Uno de estos guardias se encuentra en posición genuflexa, de rodillas y en actitud de adoración. Apoyado en sus rodillas, una pequeña espada y un bastón, tal y como aparecían representados los militares números 10 de los cuatro registros precedentes. Tras ellos, un dibujo esquemático del Gran Templo de Aton. Atravesando el segundo pilono, hay dos cortas hileras de músicos masculinos sentados: en la hilera inferior, el primero toca un arpa mientras el resto bate palmas. Llegando al santuario, es de hacer notar las estatuas del rey y de la reina entre varias columnas, como luego veremos en el propio altar. Este último está rodeado por pequeñas capillas laterales cada una con su puerta correspondiente.
Debajo del templo, ocupa la composición el matadero adonde son llevados dos grupos de animales. Enmarcados frente a ellos está representado el interior del matadero, en el que destacan las pieles y las piedras utilizadas para trabar los animales. A su derecha, es representada una de las piezas de la estructura del templo más interesantes: la piedra benben, monumento en forma de losa piedra colocada sobre un pedestal en posición erecta y, en este caso, con el borde superior redondeado. Esta piedra benben es uno de los símbolos sagrados del sol más antiguo que se conoce. El hecho de que Akhenaton la conservase en su Gran Templo del Aton “es uno de los bastantes indicios de que dependía mucho de las ideas tradicionales para la forma y presentación de su culto” (Kemp, 1992, 414).
Dominando el santuario, el Aton con sus rayos que se despliegan sobre todo él. Otro punto destacable son las numerosas líneas en marcado color rojo de los artesanos originales que dominan toda la composición. Que Ahmes no aparezca en esta escena de visita al Gran Templo por parte de la familia real, no quiere decir que en un principio no estuviese planeado y no se pudiese finalizar el esquema pretendido, o que simplemente sí se realizó pero desapareciese entre los fragmentos arrancados de la pared.
C.1.2.- Registro Inferior. La familia real en la Casa del Rey.
De este registro tan sólo sobrevive el área parcialmente finalizada de la zona más izquierda del muro. La escena principal está compuesta por la familia real comiendo en una de las salas de la Casa del Rey. Como es habitual, domina la escena la representación del Aton en forma de disco solar que hace llegar sus rayos hasta la pareja y cubriendo todo el espacio que ellos ocupan. Todavía puede verse una de las manos en que terminan los rayos con el anj, acercándose al rostro de Nefertiti. Nefertiti, a la izquierda de la composición, y Akhenaton, a la derecha, se encuentran sentados en sendas sillas dotadas de altos respaldos, frente a una mesa llena de viandas. La silla del monarca lleva inscrito el sema-tauy, símbolo de unificación, de la unión de las Dos Tierras; este símbolo es registrado no sólo en los tronos o sillas del rey y su esposa, sino también en la ventana de las apariciones, como en el caso de la tumba de Parennefer. Ambos se llevan los alimentos a la boca: Akhenaton, un ave, y Nefertiti un buen trozo de no sabemos qué. A la pareja les acompañan al menos dos de sus hijas: una de ellas, la más joven, sentada en las rodillas de su madre, mirando hacia su padre, y la segunda, detrás de la silla de la reina comiendo en su propia mesa, posiblemente teniendo enfrente a otra de sus hermanas, aunque desgraciadamente esta parte se ha perdido al igual que los nombres de las princesas, a pesar de que aquéllos de los cónyuges sí nos han llegado. A los pies de Nefertiti, un sirviente le ofrece un cuenco, mientras que tras la silla de la primera están situados otra serie de sirvientes, incluidas las niñeras de las princesas.
Hacia la izquierda y bastante deteriorado en cuanto a su estado de conservación, contamos con esquema de la Casa del Rey que muestra varias de sus dependencias, entre las que destaca en la parte superior izquierda la habitación del propio Akhenaton, en donde es representada su cama con el reposacabezas y la pequeña escalera a sus pies incluidos. En en centro del grupo, un grupo de mujeres descansando, la mayoría tocando instrumentos musicales como un arpa y una especie de laúd.
D. SALA TRANSVERSAL
Esta sala esta sin decorar. En ella se encuentra el pozo que lleva hasta la cámara funeraria, situado en el extremo oriental de la misma. Este pozo, excavado en la roca y parcialmente relleno con escombros, tiene una profundidad de aproximadamente 10 metros. En el otro extremo, un pozo posterior sin finalizar está excavado en la roca con una profundidad de poco más de un metro. En las paredes de ambos laterales se ha tallado una puerta que nunca llegó a finalizarse, puesto que carece de inscripción o decoración alguna.
El estilo de estas puertas es similar a las que hallamos en la sala principal de la tumba de Mahu40 , una sala transversal con puertas falsas en sus extremos laterales, en donde el interior de la puerta es una estela propiamente dicha.
E. CAPILLA
Una nueva puerta adintelada en el eje principal de la tumba, nos conduce al interior de la capilla, también sin decorar. En su extremo final se ha tallado una estatua de Ahmes en posición sedente, hoy día muy mutilada, aunque todavía puede uno hacerse una idea tanto de la peluca como del plisado de sus vestidos. Delante de la estatua del difunto está tallada una base que podía ser de utilidad para llevar a cabo las libaciones.
Es de hacer notar: primero, el techo arqueado, y segundo, los agujeros que pueden apreciarse en el suelo a la entrada de la capilla, lo que indica que ésta, en sus inicios o en algún momento de su existencia, contó con una puerta de doble hoja que dejaba cerrada la capilla.
Bibliografía
Davies, N. de G. (1905): The Rock Tombs of el Amarna, Part III: The Tombs of Huya and Ahmes, London.
Kemp, B. J. (1992): El Antiguo Egipto. Anatomía de una Civilización, Barcelona.
© Artículo: M. Teresa Soria Trastoy - Agosto 2003.
Artículo autorizado para estar publicado única y exclusivamente en este website de Viajes Ikertanoa.
Recomendación:
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