Islas Perhentian (Perenthian), Terengganu, Malasia

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10/06/2016
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Islas Perhentian (Perenthian), Terengganu, Malasia

Nuestra entrada a Malasia se produce por la frontera norte con Tailandia, Rantau Panjang. Nada más atravesarla y entrar en el país, como unos 200 metros más adelante, está la parada de autobús que te lleva hasta Kota Bharu. De allí hay que coger otro bus hasta Kuala Besut, desde donde salen los barcos para las Islas Perhentian. Esta es la forma más económica de llegar. Comenzamos con el relato:

Estamos un buen rato esperando, pero allí no aparecía ningún autobús. Me acerco donde unos chicos a preguntar, pero no me entienden ni papa. Pero al lado había un señor que si que hablaba inglés. Era profesor de la universidad y estaba de viaje para ver a su familia por la finalización del Ramadán. Nos dice que es probable que tarde más de una hora en llegar y que tampoco es seguro ese tiempo. Así que vamos a donde los taxis a negociar uno. Nos cobra 40 RM hasta Kota Bharu, después de regatear claro está. pero una vez dentro, decidimos que lo mejor es ir directo hasta Kuala Besut, así que por 80 RM nos lleva directos.

Paramos en un cajero para conseguir moneda de Malasia. Sacamos 1.500 Ringgits, lo máximo permitido. 1 RM andaba sobre los 4 €.

Casi 2 horas después llegamos a Kuala Besut. Nos deja en el mismo puerto. No hay mucho de nada por allí, algún que otro restaurante y bastantes agencias de viajes. estando allí, vemos llegar el autobús público que íbamos a haber cogido. Es de color verde. Así que comprobamos que no hay problema para llegar en transporte público si no se quiere coger un taxi. Vamos a una de las tantas agencias que hay y compramos 2 billetes de adulto por 60 RM cada uno y uno de niño para Iker por 30 RM. Nos intentaron cobrar 20RM más por cada billete, pero no coló porque ya sabíamos los precios de antemano. Como las Islas Perhentian son una reserva natural, hay que pagar una tasa de 5 RM por persona a modo de conservación.

Tenemos que esperar como 1 hora para salir, porque toca hora del rezo. En Malasia, al contrario que Tailandia en la que la religión mayoritaria es el budismo, predomina el Islam. Aprovechamos para llenar el buche. Sobre las 14:00 embarcamos en la lancha rápida que nos lleva hasta las islas. Hay 2 islas, una más grande y más familiar, Perhentian Besar, y la otra más pequeña y donde suelen ir los mochileros, Perhentian Kecil. Nosotros nos decantamos por la segunda, la cuál tiene dos zonas de playa, Coral Bay y Long Beach. En 30 minutos estamos en Perhentian Kecil en la playa de Coral Bay, pero calados hasta arriba. Habíamos dejado el continente con un día maravilloso, pero a medida que avanzábamos hacia las islas, nos íbamos acercando a la boca del lobo, y en cuanto llegamos a los dientes, eso parecía el diluvio universal. Además con la velocidad que llevábamos, las gotas de agua hacían un daño de la leche en el cuerpo. Y el mar que estaba lisito, empezó a tornarse bravo, y también con la velocidad y las olas, dábamos unos saltos espectaculares que te hacían saltar del asiento. Dudo que cualquier atracción de cualquier parte del mundo tuviera más emoción que el viaje en lancha hasta las islas. Con la que caía las mochilas se estaban empapando, pero como estaba al lado, anduve listo y puse las nuestras debajo de las otras, jijiijii. Iker y Noa disfrutaron de lo lindo con la «atracción».

La lancha nos deja en la isla de Kecil, en la zona de Coral Bay. Así conocida porque el agua está toda llena de corales hasta la misma orilla, aunque la mayoría están muertos, lo que hace muy difícil bañarse en esa zona. Y con marea baja totalmente imposible. Les dejamos a Usu y Noa con las mochilas, e Iker y yo nos vamos a buscar alojamiento. Estuvimos casi 2 horas de reloj preguntando en cada uno de los sitios que había y estaban todos ocupados salvo el más caro de todos. Así que como no había más opciones, fuimos a buscar a las féminas de la familia para ir a dormir allí. Durante todo el rato no paró de llover, así que Iker y yo intentamos pagar la habitación como dos niños de lo que habíamos encogido.

El hotel tenía buena pinta. Senja Hotel. Es el que está a la izquierda del todo según se mira al mar. Pagamos 190 RM. Para llegar a la habitación tenemos que subir más de 100 escaleras y al llegar, nos hecha para atrás el olor a mierda (literal) que hay en la habitación. Además que es enana de narices. Lo pensamos un poco porque ya era de noche, pero decidimos irnos al otro lado lado de la isla a ver si tenemos suerte y hay algo mejor.

Cogemos un barco por 50 RM hasta Long Beach, así llamada porque es una playa larga y es perfecta para el baño. Al día siguiente descubriríamos que por el medio de la isla hay un camino que comunica las dos playas y no tardas más de 10 minutos en hacerlo. Está también todo ocupado, salvo el más caro, como no. Pero este cuesta 130RM y le da mil vueltas al otro. D´Rock Garden Hotel.

Aquí me gustaría abrir un paréntesis, cuando hablo de que algo es caro o barato. está claro que por dormir cuatro personas, 50 € no es caro. Pero no hay que pensar en el precio de aquí, sino en lo de allí. Y sobre todo ver que te ofrecen por ese dinero. También como explico en el primer post, somos una familia trabajadora de lo más normalita, así que ahorrarnos 20 € por dormir en 50 días, estamos hablando de 1.000 € de diferencia en el presupuesto. Lo que para nosotros puede suponer el no poder ir a disfrutar de estos paraísos. Pero claro está, cada uno somos un mundo, y tendremos nuestra opinión al respecto.

A lo que iba. El hotel es el primero a la derecha de la playa según se mira al mar. Exteriormente es espectacular, con todo bungalows sobre la colina y con vistas al mar. Aunque luego el interior es bastante simple, pero más que suficiente.

Ya había dejado de llover y había quedado una noche toda estrellada, así que para desestresarnos del ajetreo, nos pegamos nuestro primer baño nocturno en las Islas Perhentian. Compramos leche en una tiendita y cenamos unos cereales que nos habíamos traído desde Tailandia. Nos acostamos y enseguida nos quedamos dormidos confiando en que el día siguiente sea más tranquilo.

No consigo dormir bien, y para las 6:00 de la mañana ya estoy despierto.  esto me hace ser recompensado con una de las salidas de sol más bonitas que he visto en mi vida. Me siento en la terraza al «fresco» matutino y saco un millón de fotos de todos los lados y ángulos posibles. Los demás siguen durmiendo, así que salgo a buscar otra vez alojamiento, ya que en muchos me habían dicho que hasta el mismo día por la mañana no sabían si las habitaciones quedaban libres,ya que mucha gente decidía extender su estancia. Como nos pasó a nosotros.

Volví a la zona de Coral Bay, atravesando por el camino en vez de pagar los 50 RM (pardillos…) Y fui a donde un chico muy amable, que el día anterior se había ofrecido a dejarnos dormir en su habitación al ver que no encontrábamos sitio y estábamos con los críos. Pero seguía todo ocupado. Un poco decepcionado, volvía hacia nuestro hotel, cuando en la zona del camino que lleva de una playa a otra, ví otro Guest house, Perhentian Tropicana Inn. Me dicen que se acaba de librar una habitación, la voy a ver y estaba bien, así que le pago las 4 noches para que vea que la quiero y no se la dé a alguien en el tiempo que tardamos en llegar. La habitación sale por 80 RM y aunque no es tan espectacular como el otro por las vistas, lo compensa con las habitaciones, que para nosotros están mejor.

Voy a por la family, les cuento la buena nueva y tras un desayuno espectacular en el hotel de cereales con frutas, pancakes con chocolate, tostadas con mantequilla y zumo recién exprimido por 41 RM, vamos hacia nuestro nuevo bungalow. A todos les gusta, así que ya podemos estar relajados porque tenemos sitio hasta que nos vayamos. Ahora toca disfrutar de la playa. Es una playa de postal. Perfecta es decir poco, además no hay mucha gente (donde coño está todo el mundo que tenía ocupadas las habitaciones….), pero mucho mejor. También es cierto que aunque esté todo lleno, el principal problema es que la mayoría de los Guesthouse  no llegan ni a 10 habitaciones. Cogemos las gafas y el tubo y disfrutamos de uno de los mejores snorkel que hemos hecho nunca. Hay un montonazo de peces de colores diferentes. También hay nemos, muchísimos corales y vemos un pez enorme con unos dientes de dar miedo. Tanto es así que en cuanto lo ve Noa se me agarra como un Koala y ya no quiere separarse de mí.

Vamos a comer en un sitio allí mismo en la playa. Unos platos de spaguettis, unos bokatas de pollo, ensalada y agua por 48 RM. Volvemos a la playa, pero a eso de las 16:00 vemos que se empiezan a meter unos nubarrones negros y en nada cae un tormentón igual que el que nos cogió el día anterior. Con la diferencia de que esta vez viéndolo y pudiéndolo evitar, ya estábamos resguardados en nuestra habitación.

Nos pegamos una duchita para salir a cenar. Pero hasta que pare el diluvio nos tumbamos un poco a descansar. Estábamos tan tranquilos tumbados, cuando Noa suelta, «Está lloviendo….», «Ya cariño, lleva un buen rato…», «Que no aita, que está lloviendo dentro de la habitación…», la miro y la pobre tenía la camiseta mojada de las gotas que estaban cayendo. Parece ser que había goteras en nuestro bungalow. Espero a que escampe un poco y voy a recepción a decirle lo que pasa. Me da otra llave y que nos cambiemos de habitación. Muy sorprendido no se le ve al hombre.

En cuanto para de llover, salimos a cenar, otra vez con una noche preciosa y estrellada. Encontramos un restaurante en el camino de una playa a la otra, pero más cerca de Coral View. Se llama Ewn´s Place. Cenamos 2 hamburguesas con patatas y huevo, un nasi pattaya espectacular, unos sandwiches con patatas y agua por 45 RM. Tenemos claro cuál será nuestro campo base para la comida a partir de ahora. Damos un paseíto por la playa y a dormir.

Otra noche para olvidar. Como sigamos así, vamos a necesitar otros tantos días en casa de descanso para ponernos en forma 😉 El puñetero colchón, por llamarlo de alguna forma, eran muelles con algo de acolchado. Vuelvo a donde el de recepción y a cambiar otra vez de habitación. Esperemos que esta sea ya la definitiva.

Bajamos a desayunar al Ewan´s. Cereales con leche, tortillas francesas, tostadas, zumos recién exprimidos y café por 38 RM. Otra vez todo espectacular. Ya sí que no tenemos duda de que no cambiamos de sitio. Vamos a la playa de Long Beach y volvemos a flipar con el snorkel. Esta vez vemos peces aguja, peces mariposa, un par de ellos enormes, algo como ostras de colores que intentan comerse a los peces que se acercan, otro pez parecido a un jibión, rayas, pulpos, …… Esto es alucinante. Y lo mejor es que lo están viendo Iker y Noa en directo y no en un documental de la 2 como cuando nosotros éramos pequeños.

Vuelta al Ewan´s a comer, cómo no, de lujo. 50 RM. Y vuelta también a la playa. Esta vez a la zona de la derecha, en la que entre las rocas, con marea baja, se forma una playita muy chula. Nos pasamos la tarde entre hacer castillos, chapuzones, snorkel y otra vez chapuzones. Así que cuando se empieza a nublar lo agradecemos. Vuelve a caer la de dioses cristo. Duchita, cena, paseo y a la cama.

Por fin una noche buena, ya era hora. Casi se me caen las lágrimas de la emoción. El día no difiere mucho del anterior. En estas islas no hay mucho que hacer, pero para nosotros es más que suficiente. Decidimos alargar 3 días más la estancia. Y en vez de estar por la costa de Kota Bharu, nos quedamos aquí que Iker y Noa están disfrutando como pequeños Robinsones.

En la playa ofrecen excursiones a otras islas. Cogemos una para el día siguiente. Son más baratas en Coral Bay que en Long Beach. No tiene mucho sentido pero es así. Ya que estamos en Coral Bay y todavía no habíamos disfrutado de su playa, nos quedamos el día entero por allí. Noa y yo nos echamos una siesta en la arena, mientras Usu e Iker se van a una plataforma que hay en medio del mar a tirarse y hacer el cabra.

Hoy hacemos la excursión. Hemos pagado 30 RM por persona menos Noa, que en principio no quería hacer snorkel, pero al final casi tenemos que obligarla a que salga del agua. En la excursión vamos sólo dos chicas, un chico y nosotros. Por lo que es casi personalizada. El primer destino es Shark Point. Cómo os iréis dando cuenta, los nombres de los sitios se lo han currado de narices….. Pues bien, este es el punto donde se ven tiburones. Debe ser más fácil que te toque la lotería que no ver ninguno. Pues como no, nosotros no vimos ninguno. Y no sólo eso, sino que había una corriente de la leche, y yo que iba agarrado a Noa de la mano, no tenía forma de nadar, así que nos empezó a arrastrar la corriente hacia las rocas. Empecé a hacer señas para que nos ayudaran, y uno de los barcos que había por allí, enseguida se puso al lado nuestro y nos llevó hasta una zona más tranquila. Un poco de susto ya nos llevamos. Aunque no vemos ningún tiburón, la zona es preciosa y está llena de vida submarina.

El siguiente punto es Coral View. Es una zona en la que hay miles de corales todos amontonados unos con otros. Es una pasada, no se ve el fondo de la cantidad de ellos que hay. También hay un montón de peces. Estamos cerca de 40 minutos en cada sitio. Más que suficiente.

Después toca Turtle Point. Que puede haber alli???? Exacto….tortugas!!!!!. El chico nos señala algo y vemos una tortuga enorme comiendo en el fondo del mar. Iker se lanza de cabeza del barco y se pone a bucear y a nadar al lado de ella. Noa está un poco acongojadilla, así que nos ponemos un poco más atrás, pero también la ve de maravilla. Después de un rato comiendo, sale a respirar justo al lado de nosotros. Y ya cansada de tanto pesado, decide poner tierra de por medio y desaparece en un pis pas. Era la única que había. Así que como no hay más atracción, nos llevan al Fisherman Village, el pueblo de los pescadores, a comer. Nos sentamos nosotros en una mesa y vemos al chico que se sienta en otra sólo, así que le decimos a ver si quiere ponerse todos juntos. Encantado, no lo duda ni un momento. El chico es belga y está casado con un chica de León, que se había quedado haciendo un curso de submarinismo y él había aprovechado para hacer la excursión. Así que lo que iba a ser un tanto duro hablando todo el rato en inglés, se convierte en una comida de lo más agradable e interesante. Por cierto, menos mal que no hemos dicho ninguna barbaridad en el barco…. puufffff….. La comida está rica, un poco más cara que en el pueblo, pero es lógico porque es a donde llevan a todas las excursiones y se aprovechan.

Después de comer vamos al Lighthouse Point. Un faro en medio del mar, en el que se prácticamente lo mismo que habíamos visto hasta ahora. Muchos corales y muchos peces de colores.

Y ya para terminar la excursión, nos deja en Romantic beach. La llaman así, porque desde ella se ve una preciosa puesta de sol y suelen ir las parejas al atardecer. La playa es bonita, pero no espectacular. La disfrutamos bañándonos y tomando el sol. Pero el que más disfruta es Iker que no para de tirarse del barco haciendo piruetas con el chico que manejaba el barco. A veces parece otro Iker y quita esa timidez. Le transforma el estar de viaje.

Sobre las 16:00 llegamos a Coral Beach con el punto y final a la excursión. Ha merecido mucho la pena. Ha sido un día muy bonito. Nos vamos al bungalow a pegarnos un a ducha y descansar un poco que nos hemos pegado buena paliza.

Salimos a cenar al Ewan´s y casualidad nos encontramos con el chico belga y su mujer. La pena es que ya estábamos terminando, pero aún así, estamos un buen rato charlando muy a gusto. Vuelta al hotel y a sobar.

Hoy es nuestro último día completo en las Perhentian. Poco o nada que contar, ya que lo único que hacemos es estar tirados en la playa, bañarnos, hacer snorkel y otra vez a empezar la cadena. Hoy empieza el Idul Fitri, la fiesta que tienen los musulmanes justo al acabar el Ramadán, y está prácticamente todo cerrado. El Ewan´s sigue abierto, pero sólo tiene cuatro cosas contadas y casi nada de comer, sólo de beber. Así que comida y cena no nos queda más remedio que ir al primer alojamiento en Coral beach, del que luego nos fuimos. La cena está guay, porque tienen una pantalla grande y mientras vemos una película, «Lucy».

Se acaba el paraíso, pero seguro que llegarán otros en el resto del viaje. Hacemos el Check-out y nos devuelven 50 RM de fianza que yo no había. Desayunamos en el alojamiento del primer día y vamos hacia el muelle a pegarnos un baño de despedida antes de que llegue el barco. Pero un chico que había allí, nos dice que nos montemos en una lancha que ya estaba y nuestro baño de despedida se queda en ná.

Según llegamos a Kuala Besut, vemos centenares de personas en el muelle esperando a coger un barco. Nos dicen que al ser el Idul Fitri,  la gente de la zona, se va a las islas a disfrutar de estos días de fiesta. Van cargados con montones de cajas de comida y bebida. Nos sorprende la inmensa cantidad de lata de Heineken que llevan. No se supone que los musulmanes no pueden beber alcohol??? Sin querer nos ha salido perfecto, porque estar en la isla estos días podría ser infernal.

Al bajar e ir hacia el autobús nos asalta un hombre para llevarnos al aeropuerto. Después de una ardua negociación, lo dejamos en 25 RM por persona y los niños no pagan. En una hora pasada estamos en el aeropuerto. Es muy pequeño y quedan 8 horas para que salga el avión. Pinta aburrido de narices. Vemos en los paneles que hay un vuelo a Kuala Lumpur en una hora. Intentamos cambiar los billetes, pero nos dicen que hay que pagar casi lo mismo que lo que nos costaron. Así que nos vamos a sentar y a comer unas galletas que encontramos dentro de las mochilas que llevaban con nosotros desde el principio del viaje. Nos cambiamos de ropa, porque con el aire acondicionado a tope hace un frío de narices, y de repente se me enciende una luz (ya sé qeu no es habitual en mí, pero a veces soy un pozo de sorpresas….;-)) Recuerdo que hace unos meses había recibido un email en el que nos cambiaban el horario del vuelo de las 18:00 a las 20:00. Voy a donde el chico del mostrador de Malindo Air que me había denegado el cambio y le explico lo del cambio de horario. Si antes no me habían devuelto dinero cuando ellos me habían cambiado el vuelo, a ver porque tenía que pagar yo ahora por cambiarlo. Parece que le convenzo y nos lo cambia. Aunque igual no me ha entendido ni leches y ha sido para que el pesado este le dejase en paz.

Sólo quedan 20 minutos para que salga, así que a toda leche a la zona de embarque. Nos hemos quitado 7 horas de espera, menos mal.

El vuelo perfecto. Llegamos a Subang, a las afueras de Kuala Lumpur, que es de donde sale nuestro avión para Sumatra. Cogemos un taxi prepago  por 25 RM, para que nos lleve hasta alguna zona donde haya hoteles. Empezamos a preguntar y está todo ocupado o piden unas barbaridad por una porquería de sitios. Nos lleva a otro sitio, previo pago de 10 RM más al jeta del taxista. Habíamos quedado que nos tenía que dejar en un hotel, pero como se puso como un energúmeno, por 10 RM preferimos pasar y olvidarnos de él. En esta zona hay más hoteles y encontramos uno, el Sun Inn por 85 RM. Normalito, tirando a pequeño pero limpio.

Vamos a dar una vuelta por la zona. No hay nada. Es como una miniciudad en medio de la gran ciudad. Encontramos Papa John´s Pizza (como mola el nombre) y nos cogemos unas pizzas para llevar a la habitación y hacer una merienda-cena. 3 pizzas, unas cervezas y unos helados por 115 RM. Están de lujo. Nos metemos una buena zampada. No podemos ni terminar. Casi no duermo en toda la noche de lo lleno que tengo el estómago y además tenía la boca que podía hacer masa para levantar otras Torres Petronas, pero no teníamos agua. Así que a las 2:00 de la mañana salgo a la calle a ver si encuentro algo abierto. Me quedo alucinado al ver casi más gente que a las 20:00 de la tarde. El 7/11 estaba abierto, aunque resulte incongruente, y compro un botellón de agua. Me doy una vuelta y sigo alucinando con la de gente que hay. En el Mc´donalds hay hasta cola para pedir. Vuelvo a la habitación y ya sin cemento en la boca me duermo hasta las 7:00 de la mañana. Habíamos puesto el despertador, ya que teníamos que coger otro vuelo temprano que nos llevase a otro país, Indonesia, y no queríamos que nos pasara lo del principio del viaje.

Paramos un taxi que pasa por la calle y sin nosotros decirle nada pone el taxímetro. Nos sale 26 RM hasta el aeropuerto. Es el claro ejemplo de que los 10 que nos había cobrado de más el otro no eran reales. Como nos queda un poco de tiempo, vamos a la casa de cambio y cambiamos los Baths y los Ringgits que nos quedaban por Rupias. Nos dan 550.000 Rupias. En Indonesia llegaremos a ser millonarios, pero eso será más adelante.

B.F.F.F.

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