Atravesamos Francia y Bélgica hasta Colonia

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Atravesamos Francia y Bélgica hasta Colonia

Hoy toca dura jornada de viaje, en la que atravesaremos prácticamente Francia entera, Bélgica sin el prácticamente y llegaremos hasta la preciosa ciudad de Colonia, Alemania, en donde estaremos un par de días para poder explorarla aprovechando la ruta que nos lleva hasta escandinavia.

El despertador suena a las 4:00 de la mañana. Ha estado lloviendo toda la noche y la tienda está empapada, con lo que para guardarla es un poco p….., pero es algo a lo que nos tendremos que ir acostumbrarnos ya que la zona a la que vamos no es que sobresalga precisamente por su clima mediterráneo.

Mientras Usu va recogiendo mantas, ropas y demás, yo me llevo a Iker y Noa al coche para que sigan durmiendo. Son unos artistas, se han despertado con una sonrisa y encima querían ayudar a recoger la tienda. Recogemos a toda pastilla, ya que están cayendo algunas gotas, y según nos metemos en el coche para reanudar el camino, empieza a caer una tromba de agua que nos acompañará durante gran parte del viaje.

Los críos y los no tan críos, en cuanto cogemos carretera, se vuelven a dormir hasta las 10:00 de la mañana. Pasamos por un pueblito francés de los de postal y como ha parado de llover paramos en un parking a desayunar. Rico tazón de cola-cao con croissants, para eso estamos en Francia no???, bueno, aunque los nuestros son del Mercadona 🙁 y también unos sabrosos choco-krispis. Con el estómago lleno y ya todos despiertos, continuamos el largo trayecto.

 

Nos sorprenden un poco los precios de la gasolina. Hay mucha diferencia entre unas gasolineras y otras. La más cara que hemos visto es a 1,34 €/L y la más barata a 1,06 €/L. En los pueblos y sobre todo en los supermercados es donde se sitúan las más baratas y en las autopistas las más caras.

Casi llegando a Reims, cerca de la frontera con Bélgica, hacemos otra parada. Esta vez para comer. Habíamos comprado unos panecillos y con embutido que traíamos desde casa, nos preparamos unos ricos bocatas.

Para llegar hasta Colonia son unos 1.300 kilómetros y así en la siguiente tirada sólo nos quedan 1.000. Según montamos en el coche, de nuevo vuelvo a tener la sensación de que viajo solo. No han pasado ni cinco minutos y ya están todos sobados de nuevo. Cruzamos la frontera francesa, atravesamos Bélgica y entramos en Alemania. Mientras tanto, voy grabando audios y escuchándolos para poder contar a alguien lo bonitos que son los paisajes, aunque sea a mi mismo 🙁

Cuando llevamos un buen rato en Alemania, tienen a bien despertarse y hacerme un poco de compañía. Hemos atravesado todo Bélgica sin parar de llover y a unas temperaturas que no han sobrepasado los 13 grados. Esto sí que es Mordor y no donde vivimos nosotros.

 

A las 18:00 llegamos al camping «Waldbad Dünnwald». Está a escasos 15 kilómetros del centro de Colonia. Lo hemos buscado en el móvil según nos estábamos acercando, hemos puesto las coordenadas en el gps y nos ha llevado directos. Algo totalmente impensable en nuestros viajes por Asia. Esto es una maravilla y de una comodidad increíble, pero donde esté el coger un autobús dos horas después de lo que te han dicho, que se le pinche una rueda por el desastroso estado de las carreteras, que tarde otras dos horas en arreglarlo porque no lleva rueda de repuesto y tiene que esperar a que algún buen samaritano le ayude, y que según llegas al pueblo no te entienda nadie y no tengas ni idea de donde vas a dormir siendo ya de noche, tiene ese punto de emoción en el viaje que es lo que me motiva cada vez que viajamos por ciertas zonas de Asia.

El camping es bastante grande con buenas parcelas y mucha sombra, cosa que no creo que nos vaya a ser muy necesario. La mujer del camping sólo habla alemán, lo cuál es bastante sorprendente. Nos cuesta un poco entendernos pero como en todos los lugares del mundo, si está la intención, lo demás va sólo. Al lado hay como un centro deportivo, con pistas de voley, futbol, tenis, y también una piscina enorme con toboganes para hacer las delicias de los enanos. Aunque es de pago, para los clientes del camping es gratuito. El precio son 36 € por noche. Como hemos llegado tarde, no vamos a poder disfrutarlo hasta mañana.

Nos quedaremos 2 noches para así poder aprovechar el día de mañana para ver la ciudad. Nos damos un paseo por los alrededores y vemos un pequeño concierto al lado de un bar. Casualidad hoy juega Alemania contra Italia en la Eurocopa, y es como aperititivo para el partido. Iker quería verlo, pero yo no puedo ni con los pelos después de la paliza del coche. Así que le digo que lo dejemos para ver el de mañana, y como es de buen conformar, nos vamos todos a dormir y no duramos ni un segundo despiertos una vez tumbados.

Amanecemos sobre las 8:00 de la mañana, teniendo en cuenta que amanece sobre las 5:00 no está nada mal. Desayunamos en una mesita que hay al lado de la tienda, lo que nos viene de maravilla para no tener que sacar la nuestra que estaba al fondo del todo en el coche y es un cristo andar sacando y metiendo todo.

Desayuno en el camping Waldbad Dünnvald en Colonia, Alemania.

Desayuno en el camping de Colonia (y no nos patrocina cola-cao, aunque lo parezca);-)

 

Ha amanecido soleado, aunque hace fresquillo, lo cuál no es ningún impedimento para poder disfrutar de la piscina del camping. Primero jugamos un «partido» de voley para entrar en calor, por lo menos los riñones, porque con Noa…….. y seguido nos ponemos el bañador y al agua patos. Nos llevamos una grata sorpresa al tirarnos, ya que el agua no está nada fría, está climatizada. Al principio disfrutamos en soledad, pero en seguida viene más gente del camping y de fuera pagando la entrada. Nos tiramos por el tobogán y es una gozada, es mucho más largo que el de Las Landas, y al final te pega un revolcón que le da un poco de emoción al chombo. Disfrutamos un par de horitas, nos duchamos, cambiamos de ropa y cogemos el coche para ir a ver el centro de Colonia.

 

Colonia es la cuarta ciudad más grande de Alemania. Está situada en el medio-oeste del país, cerca de las fronteras de Bélgica y Holanda. Es un importante centro económico y cultural. También es famoso por ser la sede del carnaval más espectacular del país. Además posee una de las catedrales más grandiosas del mundo con más de 2000 años de historia y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.

Una cosa que no había comentado es los coches que circulan por Alemania. O Audi o BMW o Mercedes, la gran mayoría. Llegó un momento del camino que empezamos a creer que los regalaban y a punto estuvimos de preguntarle a la del camping, el sitio al que ir para ser poseedores de un «utilitario» como esos.

En nuestro estilo, llegamos hasta el mismo centro con el coche. Y una vez allí nos vamos alejando hasta encontrar sitio. Aparcamos a unos 300 metros de la Catedral en el único hueco que había. Además como era domingo, no había que pagar por el aparcamiento.

Vamos hasta el río que atraviesa la ciudad, y al fondo en un puente, vemos un montón de gente, nos acercamos hasta allí y nos encontramos con que casualidad hoy, es el día del orgullo gay y están pasando las carrozas y la gente disfrazada por el medio de la ciudad. Estamos un rato viendo el desfile, e Iker y Noa flipan con algunas de las indumentarias que ven.

 

Continuamos hacia el centro de la ciudad y llegamos a una plaza en la que se está celebrando un concierto de música dance y unos metros más adelante otro concierto estilo pop. En ambos había una persona al lado traduciendo las canciones en el lenguaje de signos (algo impensable por estos lares). Alrededor hay decenas de puestitos de cosas y comida típica. Como no, le reina del lugar, la salchicha. Cogemos unas bratwurst de medio metro con un pan de 15 milímetros a 3€ cada una. El vaso de cerveza a 2 €. Precios bastante módicos.

 

Con ellas en la mano tiramos hacia la catedral. Por fuera impresionan su dimensiones y el color un tanto negruzco de sus fachadas. El interior es precioso, con su inmensa bóveda, las vidrieras con motivos de la biblia y la nave central que lleva hasta el altar. La entrada es gratuita.

La catedral de Colonia, comenzó a construirse en 1248, pero desde el siglo IV ya había iglesias allí donde hoy se alza la catedral. En 1880, año en que se culminó su construcción, fue considerada el edificio más grande del mundo y una de las joyas más importantes de la cristiandad y de la arquitectura gótica. Hoy en día, con 6 millones de visitantes, es la atracción turística más popular de Alemania. Las dos impresionantes torres constituyen la torre doble más elevada de una iglesia en todo el mundo y brindan unas magníficas vistas de Colonia y sus alrededores. La catedral fue consagrada a San Pedro y Santa María y no a los tres Reyes Magos, cuyas reliquias se trasladaron en el siglo XII de Milán a Colonia. Desde entonces reposan en el relicario de los Tres Reyes Magos convirtiendo la catedral en uno de los lugares de peregrinación más importantes. La Cámara del Tesoro alberga piezas de incalculable valor, entre ellas la férula papal y la cadena papal, o el crucifijo del obispo Gero, la escultura más antigua de Occidente que se conoce. Asimismo, merece la pena contemplar las vidrieras policromadas de los ventanales, la sillería del coro tallada en madera y las pinturas del siglo XIV. Lo que también se puede aplicar a las numerosas celebraciones dentro y en los alrededores de la catedral, como los conciertos de órgano que tienen lugar todos los martes en verano; o las actuaciones de coros que una vez al mes entre septiembre y junio ante el relicario de los Tres Reyes Magos.

 

Según salimos el tiempo a cambiado radicalmente y se ha puesto todo más negro que los cojoncillos de un grillo. Yendo hacia el puente de Hohenzollern, nos cae un chaparrón que nos cala enteros. Nos resguardamos debajo de unos árboles, pero cada gota que caía era como un balde entero. En 15 minutos se queda todo despejado y luce un sol maravilloso. Aquí el tiempo es cambiante de narices.

El puente está al lado de la estación central de Colonia. Fue destruido durante la guerra y posteriormente reconstruido en 1948. Está todo lleno de candados que han colocados las parejas para declararse amor eterno y después tiran la llave al río Rin, que es el que atraviesa la ciudad. Se cree que la costumbre vino de Italia. Se estima que los candados pesan más de dos toneladas y a diario se van colocando más y más. Vemos alguno de combinación, no sabe el ti@, que esto no es para siempre……

 

De vuelta al coche ya cansados de tanta caminata, pasamos de nuevo por la plaza y como estamos hambrientos, esta vez caen unos bocatas de codillo recién hechos que están para chuparse los dedos. 5 eurillos cada bocata. Mientras estábamos comiendo se me acercó un tiarrón de casi 2 metros y vestido un tanto estrafalario y con una cara de guasa me mira y se empieza a relamer todos los labios, yo un poco flipado me giro y le miro a Usu. Yo no me había dado cuenta, pero se me había quedado un poco sucio del bocata en la barba y el tío me estaba vacilando con eso. Usua estaba que se moría de la risa. Me despido del tío con muy buen rollo y seguimos para el coche. De camino por toda la ciudad, también hay teatros callejeros y muchos espectáculos en vivo. La verdad es que la ciudad es muy bonita y estaba super animada.

 

Ya en el camping, vemos que hay un montón de gente que pasa andando y en bici por la zona de atrás de las caravanas. Vamos a ver que es lo que se esconde por esa zona, y descubrimos un parque enorme y precioso todo arbolado. En algunas zonas hay animales en semi-libertad. Había ciervos, jabalíes, pavos reales, y lo más chulo, unos cuantos bisontes enormes. No entendemos mucho que pintan allí, pero a los críos les encantan, porque además están al lado de ellos. También por el camino, vemos un montón de ranas chiquitinas que los enanos no paran de coger. Con más de 15 cada uno en sus manos, las llevamos hasta un río que cruza por el parque.

 

Cenamos unos ricos Yatekomo, comida elaborada, y como lo prometido es deuda, vemos el partido de Francia contra Islandia, que no tuvo mucha emoción que se diga. Para las 23:00 estamos en la tienda, pero lo malo es que el despertador sonará a las 4:00.

 

 

B.F.F.F.

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