De Oslo (Noruega) a Rovaniemi (Finlandia) atravesando Suecia

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De Oslo (Noruega) a Rovaniemi (Finlandia) atravesando Suecia

Toca trayecto largo en coche para salir de Oslo y dirigirnos hasta la parte este de Suecia, Ramvik. Más o menos en la mitad de Suecia. Atravesaremos paisajes de película por la región montañosa de Höga Kusten, con lagos, fiordos e islas cercanas a la costa. En Ramvik, dormiremos, y al día siguiente reanudaremos el camino para llegar hasta uno de los puntos ansiados del viaje, Rovaniemi, donde se encuentra la casa de Papa Noel.

Preparados para una jornada larga de viaje, bueno más bien dos, o incluso tres, recogemos todo pronto y para las 6:00 estamos en camino. Para llegar hasta Ramvik, en la costa este de Suecia, tenemos 700 kilómetros por delante. No sería mucho para las carreteras de casa, pero aquí prácticamente no hay autopistas, se atraviesan muchos pueblos y además todo el mundo cumple a rajatabla el límite de velocidad, que es de 90 km/h en muchos de los tramos. Así que es muy probables que las 8 horas de camino no nos las quite nadie.

Escasos 5 minutos después de poner el coche en marcha, vuelve el virus del sueño al coche OTRA VEZ!!! Pasamos por zonas espectaculares de bosques enormes y en medio unos lagos transparentes que reflejan la silueta de los árboles y las nubes. Mientras, en la orilla, las típicas casa de madera rojas y blancas, con su embarcadero y pequeño barco. Me resulta imposible no parar cada poco tiempo a sacar fotos y vídeos del lugar.

 

Por el camino se empiezan a ver las típicas señales de cuidado con los ciervos, pero aquí son más de renos. Y una que nos llama mucho la atención es la de moto de nieve. En invierno, es tal la cantidad de nieve que se acumula por estos parajes, que hay mucha gente que en vez de ir en coche va en moto de nieve.

Sobre las 10:00, cuando el resto del pasaje se ha convertido en personas, paramos a desayunar en un pueblo muy bonito llamado Mora, situado en el centro de Suecia. Dejamos el coche aparcado enfrente de un enorme lago lleno de patos, y aprovechamos una mesa que hay para sacar todo nuestro arsenal y desayunar al calorcito del sol de la mañana. Galletas, frostis, choco krispis, leche, cola cao, campurrianas, ….. vamos que ni el buffet de un 5 estrellas.

 

Con las energías repuestas, continuamos el camino. Hacemos una pequeña parada en un super a comprar pan y leche, y para las 15:00 llegamos a Ramvik. Hemos atravesado Suecia de oeste a este y no nos hemos cruzado prácticamente con coches, algo sorprendente. Buscamos un camping cercano , y encontramos el Snibbens camping. Es pequeñito y muy familiar. Tenemos suerte, porque estaba casi lleno, sólo quedaban 2 plazas para tienda. Lo mejor del camping es su situación, está en un lago precioso y tiene una playita al fondo con unos columpios. El precio 220 SEK. El cambio en Suecia, andaba sobre 1 € = 9,50 SEK.

Colocamos la tienda pegada al lago. Desde dentro, tenemos las mejores vistas que uno se pueda imaginar. Como estamos teniendo suerte, y el sol sigue brillando, nos vamos a la playita a tumbarnos un poco y darnos un bañito. Aunque el sol calienta, la temperatura ambiente no es muy alta. Hemos cruzado todo Suecia a 12 grados. Así que para pegarnos el baño hay bastantes dudas generalizadas. Después de un rato de deliberación, nos decidimos con el reto. El agua está congelada. Unas cuantas brazadas y poco más. En cambio, el loco de Iker, se pasa toda la tarde bañándose.

 

Volvemos a la tienda y vemos que tenemos compañía en el único sitio que quedaba vacío. Tenemos el placer de tener de compañero de plaza, a un jubilado alemán de 72 años, llamado Günter. Está recorriendo escandinavia con su moto, una BMW de 1976. Nos sentamos juntos y estamos un buen rato charlando. Viaja sólo y nos cuenta que a su mujer esos viajes no le gustan, que ella prefiere esperarle en casa y cuando llega se van un par de semanas a Mallorca a disfrutar de la buena comida y el tiempo, jajajajaja, casi nos da algo…… Hablando del viaje, le decimos que mañana vamos hacia Rovaniemi, y nos dice que él ha atravesado Finlandia desde el norte en una semana más o menos, y que no ha habido ni un día que no haya parado de llover, que el primer día que veía el sol era en Ramvik. A ver si nosotros tenemos un poco más de suerte.

Nos ponemos a hacer la cena, probablemente, en el sitio más bonito en el que hayamos comido nunca. La tranquilidad y la belleza del paisaje son indescriptibles. Además mientras va anocheciendo, el cielo va tomando unos colores difuminados preciosos. Iker y Noa, se van a recepción a jugar un poco con las tablets, que es el único sitio en el que hay internet, y Usu y yo, disfrutamos de ese momento de soledad paisajístico, con una sonrisa sempiterna en nuestros labios.

 

A las 23:30, como si fueran las 18:00, nos vamos a dormir.

Aunque hoy tenemos por delante otros 700 kilómetros, unas 8 horas, el paisaje tan impresionante y la tranquilidad que se respira, hacen que nos tomemos el día con calma. Desayunamos, damos una vuelta por la playa, pero esta vez sin bañarnos, y empezamos a recoger todo. Nos despedimos del gran Günter, que él también estaba recogiendo para irse hacia los fiordos noruegos.  Y ya montados en el coche ponemos rumbo a Rovaniemi.

 

Iker y Noa sabían que íbamos a ir a ver a Papa Noel, pero no el día exacto, ya que sino podía ser una taladradora de oídos continua. Pero como iba a ser al día siguiente, decidimos contárselo. Madre mía como se pusieron….. super nerviosos, que querían escribirle una carta, que a ver si iba a estar sin haberle avisado, …… Usu y yo estábamos encantados de verles tan emocionados.

Para llegar hasta Rovaniemi, atravesamos un montón de pueblos casi vacíos, no sabemos donde se mete la gente. Uno de ellos tenía en el mismísimo medio de la ciudad, un campo de saltos de esquí. Atravesamos la zona de Höga Kusten, una de las más bonitas de toda la costa sueca. Es una región montañosa con muchos lagos, islas y fiordos. Esta zona es Patrimonio de la Humanidad. Esta zona, se extiende desde Härnosänd hasta Örnsöldsvik.

 

Hicimos una parada para comer, echar gasolina y estirar un poco las piernas. Pues casualidades de la vida, era el mismo sitio en el que habíamos parado 10 años antes Usu y yo. El pueblo se llamaba Pitea, y tiene un lago precioso y un faro al que es posible subir. La gasolina estaba a 1,35 €/L, parecido al precio de Noruega.

 

Cruzamos la frontera «relativa» por el pueblo de Haparanda, y en hora y media estamos en Rovaniemi. El camping al que vamos, sin quererlo también, es el mismo que hace 10 años, hoy estamos de casualidades. Se llama Ounaskoski, está al lado del río y es muy básico, pero con unas vistas muy chulas. Tiene una zona para hacer la comida y mesas enfrente, bajo una tejavana, lo cuál viene muy bien para el tiempo cambiante de aquí. Sale por 40 € la noche.

Empezamos a montar la tienda, Iker y Noa se van a jugar, y al de un rato aparecen corriendo con una niña detrás persiguiéndoles. Tendrá unos 4 años y se lo está pasando pipa jugando con Iker y Noa con el balón. Mientras, oímos un ruido de una avioneta muy cerca, nos giramos y vemos un hidroavión que va a aterrizar en medio del río. Se posa en el agua, y sigue río abajo como si fuera un barco, hasta que lo perdemos de vista.

 

Preparamos la cena, y el sol que lucía hace una hora, ha desaparecido y comienza a caer una jarreada buena. Nos vamos a la tienda a escribirle una carta a Papa Noel, para pedirle los regalos de navidad. Intentamos ponernos a dormir, pero entre lo nerviosos que están los críos con el día de mañana y la claridad que hay, es totalmente imposible. Es la 1:00 de la mañana y está completamente de día. Estamos cerca de la línea del Círculo Polar Ártico, y a partir de aquí, ya no se va a hacer de noche. Tras mucho intentarlo, no se a que hora, nos quedamos dormidos por fin.

 

 

B.F.F.F.

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